¿Cómo usar la casualidad y la coincidencia en una historia?

¿Cómo usar la casualidad y la coincidencia en una historia?

¿Cómo usar la casualidad y la coincidencia en una historia?

Es imposible que una historia no tenga cierta cantidad de casualidad y coincidencia a lo largo de la trama. De hecho, lo normal es que, para mantener los conflictos interesantes e impredecibles, sucedan cosas que los personajes no pueden controlar y que les obliguen a adaptarse.

Dicho esto, también es cierto que existen reglas para que el uso de estos elementos no se convierta en un abuso de conveniencias narrativas como el Deus Ex Machina, y justamente de eso quiero hablar en este artículo.

¡Si te interesa, sigue leyendo!

¿Qué es la casualidad narrativa?

Primero que nada, hablamos de lo que es la casualidad en las historias.

Cuando hablando de este elemento nos referimos principalmente aquellos sucesos fortuitos que producen avances importantes en la trama. Por ejemplo, el hecho de que R2D2 y C3PO se encuentren casualmente con Luke, el hijo de Darth Vader, es una casualidad narrativa que sirve para introducir al protagonista al conflicto.

Otra casualidad es cuando en el Conde de Montecristo, el abate Faría llega por error a la celda de Edmundo. En este caso, Dumas aprovecha la casualidad para darle un giro a la trama que será clave para los conflictos que aparecerán después.

En sí, la casualidad narrativa es una herramienta literaria como cualquier otra, el problema es que, si se abusa de ella, muy fácilmente puede quitarle credibilidad a la historia, quitarle agencia a los personajes y hacer que el avance del drama se sienta forzado y anticlimático.

¿Qué es la coincidencia narrativa?

Ahora, cuando hablamos de la coincidencia narrativa, estamos hablando del momento en el que dos sucesos, aparentemente desligados el uno del otro, suceden al mismo tiempo y esto produce efectos importantes en la historia.

Por ejemplo, la película de Bastardos sin Gloria juega con este elemento a lo largo de la historia y, especialmente, en su final, donde distintas facciones terminan por tener la misma meta a pesar de que su camino para llegar ahí y sus motivaciones son muy distintas.

Otro ejemplo de coincidencia sería el típico caso del personaje que se encuentra metido en un problema de proporciones bíblicas porque estaba en el lugar incorrecto en el momento incorrecto.

La coincidencia, al igual que la casualidad, tiene el problema de que puede quitarle credibilidad a la trama y agencia a los personajes, pero también tiene el detalle de que, si no tiene relevancia temática, puede robarle a la historia toda su profundidad.

¿Cómo usarlas?

Ahora que sabemos lo que son estos elementos y los peligros que puede ocasionar utilizarlos de mala manera, es hora de que veamos cómo se deben usar para que actúen como una fuerza positiva para la historia.

Dales un sentido temático

La mejor forma de asegurarte de que los eventos fortuitos de la narración son poderosos y significativos, y no dan la impresión de funcionar como conveniencias narrativas, es que tengan una razón temática para existir.

Para explicarme, deja que te dé un ejemplo de un bueno uso de la casualidad/coincidencia narrativa y uno de cómo usarla mal.

En el Señor de los Anillos, se da la casualidad de que Frodo, Sam y Gollum se topan con Faramir en su camino a Mordor. Además, se da la coincidencia de que en ese punto Gollum estaba empezando a confiar en Frodo.

En ambos casos, hay una relevancia temática que nos permite olvidarnos de lo extraño que resulta que, de todas las personas con las que pudo toparse Frodo, justamente le tocó el hermano de alguien con el que tuvo conflictos por el anillo y formó parte de la Comunidad; o que cuando parece que Gollum por fin será rehabilitado, les toca un grupo de hombres agresivos que harán justo lo necesario para que su transformación no llegue.

La cuestión es que realmente la inclusión de Faramir en la historia es clave porque le permitió a Tolkien explorar a fondo una temática relacionada con la narrativa más grande de la historia: la tentación del mal y lo difícil que es luchar contra ella.

Faramir nos permite conocer más a fondo a Boromir, y descubrir que su historia es la de un gran hombre que, por sus propias buenas intenciones, se dejó llevar por la maldad del anillo. Al mismo tiempo, el hecho de que Faramir deje a ir a Frodo resulta una redención para Boromir, y permite que su personaje tenga un significado más profundo e interesante.

Ahora, cuando hablamos de Gollum, en su caso, lo que se maneja es que la redención para un ser que ha estado del lado de la oscuridad por demasiado tiempo solo puede llegar por medio de la comprensión y la honestidad, y que el avance que una persona hace hacia la luz puede ser destruido con mucha más facilidad de lo que creemos.

Esto es importante, porque pone en perspectiva la lucha de Frodo y nos permite entender el pecado de Sam hacia Gollum. Esto no solo le da más profundidad a la historia, sino que hace que la trama avance de una manera natural que, si bien partió de un evento fortuito, la audiencia lo “siente” como algo que simplemente tiene sentido.

En el caso de un mal ejemplo, tenemos The Last Jedi, donde hay demasiadas conveniencias narrativas que demuestran que la planeación de la película dejó mucho que desear.

Como hay muchas que mencionar, me voy a quedar simplemente con la coincidencia de que Rose y Finn, de todas las celdas en las que podían estar, terminaron en la misma de un sujeto que casualmente tenía las habilidades que necesitaban, pero que secretamente estaba haciendo negocios con ambos lados del conflicto.

El problema de esta coincidencia no es lo fortuita que resulta, sino del hecho de que tiene fuertes ramificaciones en la trama, pero ningún tipo de significado narrativo, porque la película realmente no explora la dualidad de la guerra ni nada por el estilo.

Lo menciona tratando de hacerse pasar por inteligente, pero nada de eso se trabaja lo suficiente como para que pueda tener un fondo real e interesante.

La cuestión es que lo que realmente le da a una escena valor es la relevancia que tiene en relación con la trama. Si esta conexión es lo suficientemente fuerte, no importa qué tan disparatada sea, se sentirá como algo que tenía que pasar y le aportará mucho valor a la historia.

No permitas que le quiten agencia a los personajes

Otro aspecto negativo que el mal uso de la casualidad y la coincidencia pueden tener en la historia es que tienden a quitarle fuerza a las acciones de los personajes.

Por eso, es importante que las casualidades más extrañas de una historia sean manejadas de forma tal que al final carezcan de significado si no fuera por las acciones de los personajes.

Un ejemplo genial de esto es en Harry Potter cuando Rowling nos revela que Voldemort atacó a los Potter por una profecía que también podía aplicar perfectamente para otra persona: Neville Longbottom.

En este caso, cuando Harry le pregunta a Dumbledore si realmente Neville podría ser el elegido para luchar con Voldemort, este dice, muy a su pesar, que es imposible, porque Voldemort tomó la decisión de que Harry sería su rival.

La profecía no fue la que determinó la situación, sino que lo hizo el villano de la historia. Al mismo tiempo, no es tanto que Harry se ve involucrado en una situación peligrosa tras otra, sino que él decide hacer lo correcto porque es lo correcto.

Bueno, Harry Potter no es precisamente el ejemplo de un protagonista proactivo, pero por lo menos la historia lo trata como si lo fuera, y eso permite que las casualidades y coincidencias narrativas sean mucho más fáciles de aceptar.

Asegúrate que son un medio para un fin

Una casualidad o coincidencia narrativa no debería ser jamás el punto de la trama, sino que tiene que formar parte de un medio para alcanzar la conclusión del final temático o la autorrevelación de alguno de los personajes.

En el caso de una obra maestra como Crimen y Castigo, la muerte de Lizaveta, la hermana de la usurera, es una coincidencia que le permite a Dostoyevsky poner en perspectiva las acciones de Raskolnikov y lograr que sea inevitable la conclusión temática a la que llega.

Sin este elemento, la narrativa carecería de un símbolo indispensable para alcanzar la profundidad que tiene ahora.

¡Y listo! Ten en mente todo esto a la hora de escribir y verás que te vuelves inmune las conveniencias narrativas más graves de la escritura.

Si te gustó este artículo, probablemente disfrutarás bastante el que escribí sobre el Deus Ex Machina, ¡no te lo pierdas!

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