Trama central: ¿qué debes considerar al construirla?
Trama central: ¿qué debes considerar al construirla?
Hay elementos que nunca pueden faltar en una historia por mero tecnicismo, pero eso no te debería hacer pensar que los puedes dar por sentado, sino todo lo contrario. Esto es lo que ocurre con la trama central de una obra, algo que muchos escritores piensan que pueden manejar de forma satelital y que realmente no deben enfocarse por completo en ella.
Esto es un error muy grave que puede afectar de forma muy negativa tu historia, y precisamente por eso vale la pena que hablemos a profundidad sobre el tema. ¡Aquí vamos!
¿Qué es una trama central?
La trama central es el hilo narrativo que tiene mayor importancia en el contexto narrativo de la obra.
Este concepto no debe confundirse con la idea del conflicto central, aunque ambos están íntimamente relacionados.
El conflicto central tiene que ver con el conflicto en el centro del arco del protagonista, mientras que la trama central se refiere al evento narrativo más importante de la historia.
Es importante entender esta diferencia porque es perfectamente posible que la trama central de una historia y el conflicto central de la misma estén desalineados, lo que puede afectar gravemente a la obra.
Por ejemplo, en Attack on Titan, cuando Eren pasa a ser un personaje secundario y aburrido, esto ocurre porque la trama central no explora o continúa el conflicto central del protagonista y lo pone a un lado.
Esto hace que la serie tenga un ritmo narrativo lento y que el personaje de Eren se estanque.
Otro buen ejemplo es Vinland Saga, que se olvida the Thorfinn por casi toda la duración de la primera temporada.
Ahora, si tu historia es buena, es posible que tu trama central sea capaz de sobrevivir por su mera calidad, pero en ese caso es todavía peor que no la ates al conflicto central porque estarás impidiendo que alcance su verdadero potencial.
¿Cuál es su importancia?
Como mencioné antes, la trama central y el conflicto central están íntimamente relacionados, en el sentido de que uno no puede funcionar del todo bien si el otro no le ayuda.
Por eso mismo, tener una falla central alejada del conflicto central genera los mismos problemas que tener un conflicto central alejado de la trama: mala progresión del arco del protagonista y un ritmo narrativo deficiente.
Estos problemas no tienen por qué ser lapidarios si logras reencauzar la trama a tiempo, pero es algo que tienes que resolver cuanto antes.
¿Qué elementos debes considerar al planearla?
Para poder manejar una trama central con éxito necesitas tener presentes varios elementos narrativos. Si no lo haces, tu historia seguirá teniendo una trama central, pero esta carecerá de verdadera calidad narrativa. ¡No lo olvides!
Arco del protagonista y conflicto central
Esto es por mucho lo más importante. Puedes tener bien manejados todos los demás elementos, pero si no tienes este estarás trabajando con una trama central deficiente de entrada.
Tu mayor preocupación a lo largo de la construcción de tu trama central debe ser asegurarte que el conflicto central del protagonista se mantiene relevante dentro de ella, y que nunca se aleja del enfoque de la historia por un periodo extendido de tiempo.
Esto es algo mucho más difícil de lograr de lo que esperarías, especialmente en obras que manejan un universo vasto en el que hay que manejar muchas tramas y personajes secundarios.
Está bien que de vez en cuando te separes de tu protagonista para establecer otros elementos, pero necesitas encontrar un balance que te ayude a que esto suceda en la menor medida posible.
Competencia del villano
Los siguientes elementos que te voy a mencionar están más relacionados con aquello que debes considerar para mantener la integridad lógica de tu trama central.
El primero de estos es la competencia del villano, es decir, aquello de lo que el villano es capaz. Por ejemplo, si tu villano es capaz de matar a tu protagonista desde cualquier parte del mundo cuando quiera, necesitas establecer por qué NO LO HACE.
Quizás es una pieza importante para su plan, quizás necesita tenerlo vivo, quizás desea torturarlo por el mayor tiempo posible. Todo eso está muy bien, pero debe existir para que la trama central pueda continuar sin tener huecos argumentales.
Dicho de otra forma, la competencia del villano afecta de forma directa la clase de conflictos que pueden aparecer en tu trama central porque de él o ella dependen, al menos en buena medida, la clase de obstáculos con los que se encuentra tu protagonista.
Esta es una de las razones por las que hacer un villano demasiado poderoso o incompetente puede ser un gran problema: uno tiene demasiadas avenidas para cumplir sus designios sin prestarle atención a lo que tú quieres como escritor, mientras que el otro carece de herramientas para ser una verdadera amenaza.
Rutas narrativas posibles
Por supuesto, no todo depende tu villano y también, al final del día, como escritor, seguramente hay varias ideas que tienes para avanzar la trama.
Esto es lo que conocemos como una ruta narrativa, un concepto que se utiliza para definir las posibles avenidas que puede tomar la historia.
Por ejemplo, si a un personaje se le plantea la opción de meterse en una casa en llamas para salvar a su amigo o dejarlo ahí, tenemos varias rutas narrativas posibles:
- El personaje entra y salva a su amigo, este quedando para siempre agradecido.
- El personaje no entra y abandona a su amigo, desde entonces cargando la culpa por su falta de valor.
- El personaje entra, pero no logra salvar a su amigo, quizás lamentándose para siempre por su falta de fuerza.
- El personaje no entra, da a su amigo por muerto, pero este en realidad escapa y jura vengarse de aquel que lo abandonó.
- ¡Y muchas opciones más!
Por supuesto, dependiendo de la personalidad de tu personaje, algunas rutas narrativas están más abiertas que otras. Por ejemplo, en todo lo que mencionamos antes, si el personaje en cuestión fuera el Capitán América, tendrías que desechar todas las rutas narrativas que no incluyan “entrar al edificio en llamas”, porque esta es una acción que el personaje tomaría SIN LUGAR A DUDAS.
Tu trabajo como escritor es identificar las rutas narrativas posibles para tu historia, cuidando la integridad de los personajes y su personalidad, al mismo tiempo que encuentras formas creativas de llevarlos al conflicto que te interesa explorar.
Rutas narrativas paralelas o tramas secundarias
Ahora, aquí entra la parte de las tramas secundarias o subtramas, esas rutas narrativas que tomarás, pero que se encuentran paralelas a la trama central y que te ayudarán a explorar otras perspectivas de la temática.
Aquí solo hay una premisa clave que debes seguir: ninguna trama secundaria puede ser más interesante que la trama central, al igual que ningún personaje secundario puede ser más interesante que tu protagonista.
¿Cómo logras esto? Bueno, muy sencillo, logrando que el arco de tu protagonista, aunque sea potenciado por las tramas secundarias, viva sus momentos más importantes como parte de la trama central.
Es decir, no tengas el clímax de su arco en tramas secundarias y tampoco te enfoques tanto en personajes satelitales.
¡Y con eso acabamos! Espero que te haya quedado clara la diferencia entre conflicto central y trama central.
Si tienes más dudas al respecto, ¡compártelas en los comentarios!