La vergüenza como elemento narrativo: ¿cómo aprovecharla?

La vergüenza como elemento narrativo: ¿cómo aprovecharla?

La vergüenza como elemento narrativo: ¿cómo aprovecharla?

¿Quién no ha pasado algún momento embarazoso en su vida, de esos que te hacen despertarte a las 4 de la mañana de repente? Yo he tenido varios que me llenan de vergüenza, a pesar de que han pasado décadas desde que algunos de ellos ocurrieron.

Seguramente tienes los tuyos, quizás en mayor o menor medida, pero seguro que los tienes. Tal vez tengas tantos que te sientes inclinado a introducir el elemento en tu historia, creando un personaje que es consumido por la vergüenza constantemente.

Si te interesa aprender cómo se puede aprovechar este elemento en una obra, ¡estás en el lugar correcto!

¿Qué es la vergüenza?

La vergüenza se define como un sentimiento de pérdida de dignidad causada por alguna humillación o un insulto recibido o aquello que se percibe como tal.

La vergüenza es algo que hace que nos sintamos pequeños frente a las demás personas y que nos genera un hueco en el estómago muy difícil de ignorar, haciendo que tengamos la necesidad de huir o pelear y que pone a prueba nuestra madurez.

Aunque este sentimiento pueda considerarse (y sentirse) negativo, la vergüenza tiene muchas ventajas y es importante que tu historia también las tenga en consideración. La vergüenza hace que el personaje perciba que la opinión de los demás sobre su persona se ponga en entredicho, algo que también le puede invitar a cuestionarla él mismo.

Esto puede resultar particularmente útil, especialmente en contextos en los que el personaje tiene RAZONES DE PESO para sentir esa vergüenza que lo atormenta.

Vamos, una persona que es descubierta siéndole infiel a su esposa o esposo, pues, lo más sano es que sintiera vergüenza, que sienta que las demás personas le pierdan respeto o admiración y se vea obligado a cuestionarse a sí mismo si ese desenlace está bien merecido y, si lo está, que analice qué debe hacer para cambiarlo.

Lo mismo puede aplicar con un drogadicto que vuelve a caer en su adicción usando mentiras para que sus seres queridos no se enteren o un político que es descubierto haciendo trampa.

Eso sí, es importante entender que la vergüenza no es lo mismo que la culpa, aunque ambos sentimientos pueden estar relacionados en ciertos contextos. La culpa es algo interno que no está atado a la percepción que tienen los demás de ti mismo. La vergüenza está amarrada a lo que los demás piensan de ti o cómo percibes que es su opinión sobre ti.

La culpa es un sentimiento que viene de adentro y se proyecta hacia fuera, mientras que la vergüenza es un sentimiento que viene de afuera y se proyecta hacia dentro.

¿Cuál es su valor en una historia?

La vergüenza es uno de esos elementos que realmente están atados a otro para poder funcionar. En este caso, la vergüenza está atada al orgullo, ya que no se puede sentir vergüenza, si no se tiene un poco de orgullo.

Esto es importante tomarlo en cuenta porque serán siempre los personajes más orgullosos los más propensos a sentir vergüenza, mientras que un personaje con una percepción muy negativa de sí mismo es casi inmune a esta sensación.

Dos ejemplos que demuestran perfectamente estas distintas reacciones pueden ser Draco Malfoy de Harry Potter y Po de Kung Fu Panda.

El primero, siendo extremadamente orgulloso, es bastante propenso a la vergüenza, muchas veces recurriendo a la venganza y la denigración del otro para recuperar su sentido de sí mismo.

El segundo, por su parte, aunque puede sentir vergüenza, rara vez le agobia, ya que tiene una opinión tan baja de sí mismo que no se preocupa por lo que los demás piensan de él; al contrario, pone a todos los demás en un pedestal y está dispuesto a exponerse con la esperanza de aprender cómo ser alguien más.

Draco Malfoy, al ser orgulloso e inmaduro, huye de su vergüenza.

Po, al ser humilde, la acepta y la utiliza para mejorarse a sí mismo, incluso si su idea de mejorarse a sí mismo no es del todo madura.

Eso es lo que hace que este elemento sea interesante, porque la vergüenza es un sentimiento que se puede aprovechar tanto visceralmente para mal como filosóficamente para crecer.

¿Cómo se aprovecha?

No hay mucha ciencia en cuanto a la forma en que la vergüenza debe aprovecharse en una historia. La idea aquí es que amarres la reacción del personaje ante ella de una forma directamente proporcional con el orgullo que tiene.

Aunque puede servir para potenciar los arcos de los personajes que la viven, la vergüenza es un elemento que es principalmente útil para motivar algún tipo de acción en el personaje para mover la trama.

Dicho de otra forma, es una buena excusa para llevarlos a tomar algún tipo de acción que los lleve por una ruta narrativa interesante. Por supuesto, esto no es tan fácil de manejar porque no todos los personajes son lo suficientemente orgullosos para responder ante ella, así que tienes que conocer muy bien a tu elenco para saber cuándo, cómo y con quién puedes introducir la vergüenza como un elemento con peso narrativo.

También quiero mencionar que el orgullo también tiene sus propias particularidades. Por ejemplo, Han Solo no siente vergüenza cuando alguien descubre que es un criminal, en parte porque no le importa lo que los demás piensen en cuanto a esto, pero también porque su compás moral no identifica el ser “criminal” con algo negativo en sí. Desde su punto de vista, hay toda clase de criminales y no es lo mismo ser Han Solo que Jabba de Hut.

Sin embargo, este mismo personaje sí sentiría vergüenza si alguien se burlara de su competencia, quizás insinuando que no sabe cómo pilotar o arreglar su nave. Esto te lo digo para que entiendas que el orgullo no es simplemente una métrica que aplica de forma plana a cada ámbito del personaje, sino que está relacionado con su sistema de valores.

Es crucial que entiendas esto para que la vergüenza aparezca en el momento correcto y en la proporción correcta.

¡Y con eso acabamos! Espero que este contenido te haya ayudado a entender la vergüenza como elemento narrativo.

Si no te funcionó… bueno, creo que eso sería bastante vergonzoso para mí.

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