La narración abstracta y el impacto que puede tener
La narración abstracta y el impacto que puede tener
Una de las habilidades más avanzadas que puede tener un escritor es la capacidad de utilizar la narración abstracta en la construcción de su historia. La llamo “avanzada” precisamente porque no es nada fácil de aprovechar, y requiere mucha experiencia ponerla en práctica de la forma adecuada.
Si te interesa conocer este concepto a fondo, para qué sirve y descubrir cómo utilizarlo, ¡lee este artículo hasta el final!
¿Qué es la narración abstracta?
La narración abstracta es el arte de establecer elementos narrativos por medio de pistas sutiles en las escenas del relato.
Es algo así como cuando en The Mandalorian tenemos una escena donde el protagonista rechaza un transporte solo porque es manejado por un droide, prefiriendo en su lugar uno muchísimo más destartalado conducido por un hombre que inspira todo menos confianza.
Esos elementos sutiles nos dan a entender de inmediato que el personaje tiene algo en contra de los droides y, sin siquiera darnos cuenta, ya comenzamos a descubrir la idiosincrasia de su personalidad y armamos el rompecabezas que es su backstory.
¿Para qué sirve?
La narración abstracta es una forma eficiente de mantener la atención de la audiencia en los aspectos importantes del momento narrativo, e incluir al mismo tiempo otros elementos que le dan profundidad a la historia y los personajes.
Esto está muy relacionado con el uso de la sutileza en las historias, pero la diferencia recae en que este elemento suele tener un propósito mucho más amarrado a la trama central de la obra o los arcos de los personajes, mientras que la sutileza suele juntarse más con la temática.
En sí, esta técnica es reactiva; es decir, no planeas las escenas para incluir el aspecto abstracto, sino que mantienes tu enfoque en la trama o subtrama y aprovechas tu creatividad para incluir elementos poco invasivos que ofrezcan información adicional a la audiencia.
Esto es genial para que cada momento de la historia te ayude a añadirle complejidad al mundo y los personajes, ayudando a que la audiencia se sienta realmente involucrada con ellos.
¿Cómo utilizarla?
Ahora que sabes lo que es este concepto y para qué sirve, es momento de que conversemos un poco sobre cómo puedes aprovecharlo.
Como seguro ya te diste cuenta, la mayor dificultad de usar esta técnica es que es extremadamente dependiente de la clase de historia que piensas contar y la clase de escritor que eres. Dicho de otra forma, nadie más que tú puede definir cuándo debes usarla y cuándo dejarla para después.
Por suerte, hay algunas buenas prácticas generales que te servirán. ¡Aquí te comparto tres de ellas!
Utiliza la lógica a tu favor
No te confundas. Lo que permite que la narración abstracta sea efectiva no es únicamente tu habilidad en el manejo de las palabras, sino la inteligencia de la audiencia y su capacidad analítica.
De forma parecida a cómo Sherlock Holmes resuelve sus casos utilizando la lógica y uniendo los cabos sueltos presentes, tu audiencia tiene la habilidad de descifrar por su cuenta las pistas que colocas frente a ella.
Por supuesto, eso significa que para que tu narración abstracta tenga algún tipo de impacto, debes partir de elementos que tengan una conexión lógica. Es decir, si quieres establecer que el personaje tiene miedo al fuego, puedes presentar una escena donde se rehúsa a realizar un acto sencillo que involucra la manipulación del mismo. Algo parecido a cómo George R.R Martin nos presenta la fobia de El Sabueso en Una Canción de Hielo y Fuego.
Cuando la audiencia observa estos detalles, hace la conexión de forma inmediata, incluso si no están plenamente conscientes de ello. Por eso, cuando en una escena futura hagas uso del elemento, tendrán esa sensación de “¡Claro! ¡Eso explica todo!”.
Asegúrate de entender el evento no narrado
Uno de los principales errores que realizan los escritores novatos al tratar de aprovechar la narración abstracta, es colocar elementos con la idea de que los explorarán más adelante.
Ya sabes, la típica práctica de la mystery box de J.J Abrams donde la narrativa se limita a explorar una idea con potencial, en lugar de planear una estructura que sea capaz de alcanzar dicho potencial.
Eso es una pésima práctica, tanto desde un punto de vista estructural como desde la misma ejecución de la técnica. Después de todo, la abstracción solo puede tener éxito si tú como autor sabes la historia completa de lo que los símbolos sutiles representan. Sin eso, será muy difícil que puedas capturar la verdadera idiosincrasia de los elementos.
Asegúrate que expande el mundo y/o los personajes de forma significativa
Si por otro lado, eres alguien que se esfuerza muchísimo en estructurar sus historias e incluso eres tan organizado que tienes tu propia escaleta de personajes, quizás caigas en la tentación de compartir de más.
¿A qué me refiero con esto? Bueno, a que hay muchas cosas que realmente no son relevantes para la narrativa central, por mucho que sean muy interesantes.
No pierdas el tiempo estableciendo quiénes fueron los padres de tu personaje principal, la época que sirvió en la Segunda Guerra Mundial, el hecho de que inventó la cura contra el cáncer, etcétera, si esto no tiene ningún tipo de relevancia con la trama central de la historia.
Puede ser que estos elementos te ayuden a ti a entender la clase de persona que es y cómo reaccionaría a ciertos eventos, pero si esos elementos no expanden el mundo o los personajes de una manera significativa, entonces son una pérdida de espacio.
¡Y con eso llegamos al final! Ahora ya sabes qué es la narración abstracta y tienes algunos tips para usarla a tu favor.
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