El amor como elemento narrativo: ¡ya tocaba hablar de él!

El amor como elemento narrativo: ¡ya tocaba hablar de él!

El amor como elemento narrativo: la razón de ser de la existencia humana

Aunque parezca extraño pensarlo, después de 500 artículos de blog, ¡todavía no he construido uno específicamente diseñado para hablar del amor como elemento narrativo!

Se dice que todas las historias, en su núcleo, tratan sobre tres temas: la muerte, la libertad y el amor. Dicho esto, es probable que el amor sea el que más se relaciona con nuestra vida porque, por la mayor parte de ella, el amor es lo que estamos persiguiendo o deberíamos perseguir.

Quizás te parezca cliché, pero a medida que pasan los años empiezas a darte cada vez más cuenta de que esos vínculos afectivos que tienes con los demás son lo más importante de tu vida, y cuidarlos y nutrirlos es lo mejor que puedes hacer para garantizarte una vida feliz y llena de sentido.

Por eso, no es extraño que las historias trabajen este elemento con tantísima frecuencia, siendo muy pocas (por no decir “ninguna”) las que se dan el lujo de construir una trama que no involucra algún tipo de amor.

Hay mucho que decir sobre este tema y por eso ya es hora de que hablemos al respecto en un artículo. ¡Sigue leyendo!

¿Por qué el amor es tan importante para las historias?

Como mencioné antes, el amor es una parte crucial de nuestra vida por razones mucho más profundas de lo que crees.

Es cierto que el mundo puede ser cruel y mezquino, golpearnos cuando estamos abajo y burlarse de nuestros intentos por superarnos a nosotros mismos. Esta realidad nos hace cínicos, críticos y deprimentes, y poco más habría de nosotros si no fuera por nuestra capacidad de amar.

Una persona puede ser motivada por el odio, la venganza, el resentimiento o la ira y encontrará en estas emociones la fuerza para levantarse por las mañanas, pero creo que todos estamos de acuerdo en que esa clase de existencia suele con demasiada frecuencia incrementar la cantidad de sufrimiento en el mundo.

Los humanos seríamos seres extremadamente planos si solo pudiéramos movernos gracias a sentimientos negativos, pero por suerte hay aspectos muchos sublimes y nobles que nos dan ese elemento fantástico del que hablaba Dostoyevsky.

Somos oscuros y peligrosos, pero también heroicos y valientes, y esto surge porque el amor nos invita a salir de nosotros mismos y luchar por algo más grande que nosotros.

El amor es importante para las historias porque, cuando se maneja de forma sublime, eleva a los personajes por encima de la miseria que viven y nos recuerda que no hay nada en el universo más especial que la vida humana.

Es un escape del nihilismo y la desesperanza, un compromiso con algo más grande que tú mismo y un llamado a ser más de lo que eras ayer.

Es la motivación más pura y profunda que puede tener un personaje y por eso nunca deberías menospreciarla.

¿Por qué suele ser tan menospreciado?

Si el amor como elemento narrativo es tan sublime, entonces se vale que nos preguntemos por qué se le menosprecia con tanta frecuencia.

El tema es que manejar el amor es EXTREMADAMENTE complicado y casi nadie se toma esa tarea en serio. Todo se reduce a construir enamoramientos baratos para que los personajes más guapos de la historia puedan terminar juntos.

Los escritores constantemente aprovechan las relaciones entre sus personajes para vivir fantasías propias que muy poco tienen que ver con el amor real y se centran en una lujuria plana y superficial que rápidamente aburre.

Esto es lo que vemos constantemente en las series para adolescentes como Riverdale o Gossip Girl, y es en parte la razón por la que no tardamos mucho en darnos cuenta de lo huecas que son.

Lo mismo pasa con las comedias románticas que Netflix se vive sacando o los dramas intensos en los que todo el mundo se mete con todo el mundo.

El amor se reduce a un instinto, un capricho, y el que está acostumbrado a experimentarlo de esa forma cae en la trampa de creer que eso es lo único que es.

Al amor se le menosprecia porque no se le entiende, porque se cree en el refrán que dice que “todo se vale” y no se cuestiona “cómo luce” en realidad.

Por suerte, existen novelas como Los Miserables o películas como About Time que nos permiten recordar que hay muchos más aquí que corazoncitos volando por el aire.

No subestimes jamás el impacto que el amor puede tener en tu historia como elemento narrativo. Estarás desechando una de las partes más importantes (sino la más importante) de la existencia humana y, por ende, de tu propia vida.

¿Qué debes tener en cuenta al construirlo?

“Pero, JEFS, si el amor es tan complejo, ¿cómo puedo asegurarme de trabajarlo bien específicamente en mi historia? ¿No cambia dependiendo de la obra y la visión del autor?”. Bueno, sería ridículo pretender que no.

Cada historia tiene sus propios matices y es difícil que algo tan particular como el amor que vive un personaje sea algo que te pueda definir en un artículo.

Lo que sí puedo hacer es proporcionarte algunos consejos que te ayudarán a recordar varios aspectos importantes sobre el amor que te aportarán lo que necesitas para darle profundidad en tu historia. ¡Aquí te van!

El amor tiene muchas dimensiones

El problema de las historias para adolescentes que mencioné antes, no es que exploren el aspecto sexual, sino que REDUCEN el amor a esa única dimensión, cuando lo cierto es que es muchísimo más.

¿Cómo lo sé? Bueno, porque los seres humanos no aman solo a su pareja. Aman a sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus amigos, sus mascotas… ¡Y no las aman por una simple búsqueda de placer!

De hecho, incluso con tu pareja, lo cierto es que la MAYOR parte del tiempo que estés con ella o con él no te la pasarás entre las sábanas, sino hablando, viendo una película, discutiendo los planes del día o comentando los problemas que vuelan por tu mente.

La sexualidad, aunque importante, es solo una de las miles de dimensiones que involucra el amor y, como escritor, tu deber es explorar toda esa complejidad para que el elemento no sea superficial y hueco.

Una de las mejores formas de hacer esto es preguntarte de forma honesta el “porqué” un personaje dice que ama a otro y analizar si siquiera existe un amor real ahí o es una mera obsesión.

Ese “porqué” debe ser algo real, algo impreso en el alma del personaje y que hace que tenga una conexión profunda con aquel a quien ama. ¿Lo ama porque lo admira? ¿Lo ama porque no quiere estar solo? ¿Lo ama porque su felicidad le da sentido a su vida?

Cada pregunta puede tener una respuesta simple o una complicada, y necesitas sumergirte en ellas para poder darle tridimensionalidad al amor que construyes. ¡No lo olvides!

El amor es conflicto

¿Alguna vez te has preguntado por qué la rosa es un símbolo universal para representar el amor? Pues, eso se debe a que es algo hermoso que, si no lo tratas con cuidado, puede lastimarte.

Eso es porque el amor no es solo besos abrazos y pajaritos preñados, sino que, en su núcleo, es una constante fuente de conflicto.

Esto, desde el punto de vista narrativo, es una bendición, porque el elemento, por su mera existencia, te abre rutas narrativas geniales y llenas de drama; sin embargo, en el fondo, lo que nos dice es que amar a alguien significa también ser capaz de ponerte en su contra, de decirle sus verdades antes de que sus fallas lo destruyan y sufrir con él o ella cuando las cosas no salen bien.

El cínico dirá que para qué preocuparse, que para qué amamos si solo terminamos lastimados, y el que alberga a alguien en su corazón se reirá ante esas quejas inmaduras.

El dolor que experimenta alguien que ama no es el mismo que experimenta un nihilista o un egoísta. Es un dolor cargado de significado y valor, hasta el punto que el hecho de sentirlo es una alegría en sí misma.

Incluso en sus peores momentos, el conflicto que genera el amor invita al heroísmo y representa un rayo de luz que penetra en la más profunda oscuridad… pero no por eso deja de ser CONFLICTO.

Esto es tan cierto que, en las historias románticas, los enamorados suelen ser simultáneamente aliados y antagonistas el uno del otro porque dentro de la dinámica está impresa la necesidad de retar al otro y obligarlo a crecer.

El amor se nutre o muere

Que tus personajes tengan una conversación profunda y se den un beso no significa en lo absoluto que su amor ya está grabado en piedra.

Si realmente quieres crear un amor real, necesitas que su amor sea nutrido constantemente, que se enfrente a dificultades y las supere; que tenga la opción de elegir el egoísmo y se decida por el bien del otro en su lugar.

Mientras más larga sea tu saga, más tiempo debes dedicarle las relaciones románticas establecidas en tu historia. De lo contrario, acabarás con relaciones huecas y personajes sin química.

El amor es idiosincrásico

Otro tema que es importante que recuerdes es que la mejor forma de evitar que el amor sea cliché es permitiendo que tus personajes “amen” a su manera.

Algunos serán románticos y melosos, y otros preferirán demostrar lo que sienten con acciones y no palabras. Algunos serán tímidos y otros no tendrán reparo en gritarle a los cuatro vientos lo que sienten. Quizás algunos amen a través de la crítica y otros lo hagan a través del halago.

Lo importante aquí es que la misma personalidad del personaje esté reflejada en su forma de transmitir y experimentar lo que siente.

El amor es una motivación central

El amor no es una motivación de la misma forma que otras motivaciones lo son. En realidad, cuando un personaje ama realmente, el amor se vuelve forzosamente su motivación central y NADA está por encima de eso.

Es por eso que uno de los catalizadores de cambio más populares de las historias suele ser una relación romántica. Lo vemos en clásicos de Disney como Enredados, Pocahontas, El Planeta del Tesoro y muchos otros más.

No estoy diciendo que sea “el único”, pero sí estoy diciendo que, cuando lo incluyes en una historia, se vuelve el principal y el personaje no puede traicionar a quien a ama. De lo contrario, lo que sentía no es amor (lo cual también es válido explorarlo, simplemente debes conocer la diferencia).

¡Y con eso llegamos al final del artículo! Un poco más largo de lo acostumbrado, pero creo que el tema lo amerita.

Si te gustó este contenido, te recomiendo este otro sobre cómo construir un interés romántico para tu personaje principal. ¡No te lo pierdas!

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