Autoinserción: ¿es siempre algo malo?
¿Qué tiene de malo (o bueno) la autoinserción?
Una de las prácticas más comunes que suelen hacer los escritores primerizos es la autoinserción, algo que suele representar muchos problemas para una historia.
Dicho esto, eso no necesariamente significa que sea algo malo en todos los casos y por eso creo que vale la pena analizar el concepto más a fondo.
Si te interesa aprender más, ¡no pares de leer!
¿Qué es la autoinserción?
La autoinserción es la práctica de colocar al autor directamente dentro de la historia, ya sea como protagonista o personaje secundario.
El autor puede aparecer tanto con su propio nombre como con un pseudónimo, pero el personaje comparte su misma personalidad, creencias, etcétera.
Es una práctica muy común en las historias del género de fanfiction, donde muchos escritores utilizan la obra como una fantasía que les permite compartir tiempo con sus personajes favoritos.
Si por casualidad te preguntas cuál es la diferencia entre autoinserción y proyectarse en los personajes, la única diferencia es que la autoinserción es una forma de proyección, pero no la única que existe.
Los autores pueden proyectarse en varios personajes sin necesidad de que estos directamente los representen; la autoinserción ocurre cuando la proyección lleva al escritor a incluirse a sí mismo en la historia.
¿Cuál es el problema que presenta?
Al igual que la proyección en los personajes, la autoinserción suele ser mala para las historias porque fácilmente puede hacer que la historia se vuelva deshonesta, ya sea porque el escritor quiere compartir una visión idealizada de sí mismo o, peor todavía, se olvida que el personaje, aunque está inspirado en su propia persona, no es el mismo y que los acontecimientos de la historia deben cambiarlo a su manera.
A su vez, es común que los escritores que se meten a sí mismos en una historia no presentan buenas fallas de personaje, sino que introducen al autor como una especie de víctima de las circunstancias.
Algo así es lo que vemos en el cómic “I am not Starfire” donde la escritora fracasa estrepitosamente en la construcción de la protagonista precisamente porque sus fallas siempre se trabajan como “culpa de alguien más”.
Dicho de otra forma, la autoinserción muchas veces impide que los escritores manejen con honestidad sus historias y sean todavía más propensos a manipularla de forma artificial.
¿Eso significa que siempre es mala?
A pesar de que hasta ahora no he hecho otra cosa que criticar con dureza la práctica de la autoinserción, lo cierto es que no necesariamente es siempre algo malo.
Uno de los mejores ejemplos que tenemos de esto está en la Divina Comedia, donde el protagonista no solo tiene el mismo nombre del autor, sino que la obra en sí está escrita como si fuera algo que en realidad sucedió.
Entonces, la pregunta que nos debemos plantear es: ¿por qué la Divina Comedia tuvo éxito donde tantas historias fallan?
Bueno, el secreto aquí es que Dante no se presentó a sí mismo como alguien infalible o sabio. Por el contrario, en el viaje siempre hay un guía que corrige e instruye a Dante, incluso a veces acusándolo de flaqueza moral o salvándole la vida cuando Dante está aterrado y renqueante.
La forma en la que Dante se muestra a sí mismo está principalmente enfocada en sus debilidades como persona, lo que le permite al Dante de la historia ser un personaje de carne y hueso que brilla por luz propia, independientemente de lo que pienses del escritor.
Quizás la lección más importante aquí es recordar que la versión tuya del libro sigue siendo un personaje ajeno a ti y, por ende, debes tratarlo como tal.
El personaje debe tener fallas claras que muevan su arco, motivaciones fuertes y marcadas, y formar parte de una trama que no está conspirando artificialmente a su favor.
Quizás otro aspecto a tomar en cuenta es que, si tienes pensado hacer uso de la autoinserción, debes pensar con mucho cuidado qué es lo que quieres conseguir con eso.
¿Es algo que quieres hacer simplemente porque te parece “cool” o porque realmente puede aportarle algo útil a la narrativa?
En el caso de Dante, uno de sus objetivos con la Divina Comedia era criticar la sociedad Florentina en la que vivía, e introducirse a sí mismo le permitía colocar al protagonista en la posición perfecta para hacerlo.
Si hubiera elegido crear un personaje de cero, se hubiera visto obligado a construir también el trasfondo de este personaje para que su lugar dentro de la sociedad Florentina se entendiera y, por lo tanto, también su crítica; algo que hubiera ido en contra del viaje metafísico en el que quería basar su narrativa.
¡Y con eso llegamos al final! Espero que este artículo te haya dado algo interesante en lo que pensar. Si fue así, quizás este otro sobre cómo construir fanfiction te puede gustar. ¡Échale un ojo!
Ummm, me has dado mucho en que pensar. Justamente estoy escribiendo 2 historias que son Self Insert y aun estan en sus inicios, tomare en cuenta lo que has dicho. Muchas gracias por el aporte y los consejos
PD: Pongo mi nick con en el que subo mis historias en AO3 por si te interesa
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esto no tiene nada que ver con este articulo me gustaría que hablaras mas de la dark fantasy