7 clichés de las películas románticas que nos encantan

7 clichés de las películas románticas que nos encantan

7 clichés de las películas románticas que no queremos admitir que nos encantan

Las películas románticas están repletas de clichés que les han dado mala fama con el paso de los años, precisamente porque se ven tan seguido que se sienten poco inspirados y aburridos.

Por lo general, estos clichés son muy fáciles de criticar y reírse de ellos, pero, aunque muchas de esas críticas sean ciertas y merecidas, la verdad es que no anulan lo efectivos y entretenidos que son.

Por mucho que me ría y me burle de su aparición, hay veces en las que es imposible no apreciar lo que aportan a la historia.

Entonces, si como yo, quieres sacarte del pecho tu cariño por estos clichés, ¡este artículo es para ti!

1. Los hombres hablan del “amor” con sus amigos

Chicas, lamento decirles que el 99% de las conversaciones entre hombres que han visto en las películas románticas son absolutamente falsas.

Aunque no lo crean, cuando los hombres nos juntamos entre nosotros, las conversaciones rara vez se van a los dilemas amorosos del otro y, si lo hacen, el tema cambiará rápidamente y sin mucha parsimonia.

Pongamos una comparativa entre la conversación que se lleva a cabo en una película y la que se lleva a cabo en la vida real.

Película

“Escucha, amigo, te quiero mucho, pero estás actuando como un idiota, no puedes dejar al amor de tu vida escaparse así de fácil. Ahora, levántate y ve por ella, ¡el amor te llama!”.

Vida real

“Pues, qué mala onda que cortaron, wey. Ni modo, ya será la próxima”.

“Pos sí”.

Ahora, la razón por la que, aunque me da mucha risa el cliché, no puedo negar su valor, es porque seguro no se te escapó que un diálogo es narrativamente mucho más rico que el otro.

Quizás no sea muy realista, ¡pero es genial para reforzar los elementos simbólicos del relato!

2. Los grandes gestos solucionan todo en una relación

Este cliché puede llegar a convertirse en algo negativo para la historia, no lo niego, pero, vamos, también es el momento que todos estamos esperando cuando vemos estas películas.

En una historia romántica con un drama bien construido, es normal que el protagonista, después de tocar fondo, deba culminar su arco con un gesto maravilloso que demuestra tanto su evolución como personaje como su compromiso con la persona que ama.

Claro está, hay veces en las que a los escritores se les pasa la mano con el drama, y terminan creando grandes gestos más por inercia que por merecimiento narrativo; lo que lleva al momento a sentirse falso y ridículo.

Además, lo cierto es que en una relación los problemas nunca se solucionan con una movida creativa y romántica, sino con muchas conversaciones, mucha reflexión y autoanálisis, mucho compromiso por cambiar, muchas pequeñas acciones para ejecutar ese cambio y mucha (MUCHA) paciencia.

Pero vamos, ¿quién quiere ver una película donde los personajes simplemente hablan de sus problemas por años, lentamente solucionando unos y aprendiendo a convivir con otros? ¡El gran gesto es mucho más impactante y entretenido!

3. Toda soltera tiene amigas más interesadas en su vida amorosa que la propia

En el subtítulo pongo “soltera” porque es más común ver esto con protagonistas femeninas, pero cabe destacar que esta es una realidad que ataca a todos los personajes que aparecen en estas historias.

Probablemente por la proyección que los escritores hacen en los personajes, es bastante común que veamos que parece que el centro del universo de los personajes secundarios es la vida amorosa de los principales.

Esto se vuelve más desesperante cuando está claro que el personaje secundario no tiene nada que hacer aparte de actuar como consejero de pareja; su vida es la protagonista, y listo.

Ahora, por desesperante que sea, este cliché permite que la historia mantenga su enfoque en la relación romántica que está en el centro de la trama, lo cual es extremadamente útil.

Con que al autor no se le pase la mano, no debería ser demasiado negativo para la historia.

4. El nerd puede quedarse con la más guapa si se lo propone

¡Ah, la clásica fantasía del hombre invisible y raro que se queda con la mujer más deseada de la historia! Al igual que en el caso anterior, aquí puse a un “nerd hombre” en el subtítulo, pero esto aplica también con las mujeres.

Ya sabes, la típica Bella Swan, una chava sin personalidad ni carisma, que mágicamente enamora a los hombres más atractivos, poderosos e interesantes del mundo, simplemente por tener ese “algo” que absolutamente nadie excepto esos tipos es capaz de ver.

O el clásico Eugene, que es un idiota calenturiento que jura que, si es relativamente tierno con una mujer, es simplemente natural que esta se enamore perdidamente de él.

De todos los clichés de esta lista, este puede ser el más frustrante cuando se ejecuta mal, pero, cuando se hace bien, también es uno de los más catárticos, porque nos ayuda a vivir esa eterna fantasía juvenil de encontrar a alguien que es capaz de apreciar ese “algo” de valor que escondemos en nuestro interior, incluso si nosotros mismos no somos capaces de verlo.

Este contexto da pie para historias geniales y por eso es difícil negar nuestra debilidad por él.

5. El aeropuerto es el lugar más romántico del mundo (aparentemente)

Seguramente, en alguna esquina del Internet, existe un sitio web o un artículo con todas las películas románticas que tienen su escena final en un aeropuerto (o algo parecido, como una estación de tren).

No me queda la menor duda de que ese artículo contiene miles de películas y que añade al menos una decena más todos los años.

Este un cliché exageradamente recurrente, llegando a extenderse a películas que ni siquiera son románticas en su centro como Mentiroso, Mentiroso.

Esta es una escena que nos hace reírnos por la sensación de déja vú que nos provoca, pero lo cierto es que reaparece una y otra vez porque es una forma muy sencilla de crear urgencia en la trama y producir el “gran gesto” en una sola movida.

Se le puede considerar “lazy writing” (y muchas veces lo es), pero casi nunca deja de ser entretenido.

6. No hay mujeres feas, solo mal arregladas

¿Cuántas películas puedes recordar donde la “fea” protagonista finalmente se arregla y se convierte en la mujer más hermosa sobre la faz de la tierra?

Este cliché es bueno para marcar un antes y un después en la historia, y avanzar el arco del personaje, pero no por eso deja de ser bastante ridículo y poco real.

Para empezar, demuestra lo ridículo que es cuando en estas historias el personaje principal está siendo interpretado por una actriz preciosa como Hilary Duff, pero parece que todo el mundo jura y perjura que es una chica fea del montón porque no se peina y utiliza anteojos.

Me gustaría que intentaran aplicar la misma con una actriz que no tuviera tantos atributos a su favor, pero creo que eso solo haría más evidente (y chistosa) la falsedad del cliché.

7. Los extraños se involucran emocionalmente con el drama de los protagonistas

Estoy seguro que estás teniendo flashbacks en tu cabeza de este cliché: los protagonistas están teniendo una discusión pública, quizás frenando un evento social que no tienen ningún derecho a frenar, y todos los que están presentes, aunque no lo conocen, están interesados y nerviosos por saber cómo se solucionará el dilema, llegando a aplaudir y llorar cuando acaba.

Creo que no hace falta mencionar lo irreal y ridículo que resulta este cliché, pero al final del día lo compramos muchas veces precisamente porque esa multitud está haciendo eco de cómo nos sentimos nosotros, permitiendo que nos proyectemos en ellos y vivamos el momento dramático como si estuviéramos dentro de la película.

Es un recursos más ingenioso de lo que crees, aunque muchas veces resulte estúpido si le dedicas dos neuronas a analizarlo.

¡Espero que esta lista te haya divertido! Si se te ocurren otros clichés que faltaron en esta lista, ¡menciónalos en los comentarios!

2 thoughts on “7 clichés de las películas románticas que nos encantan

  1. A mí en lo personal me molesta eso de “no existen mujeres feas” porque es completamente falso y el mensaje que da es que en lo único que se fija el interés amoroso es en el físico, en lugar de los demás. Por eso me gusta cuando el personaje es feo realmente y lo sabe, y aún así logra conquistar al interés amoroso con su propio esfuerzo, me parece más impactante de ese modo.

  2. ¡Estoy totalmente de acuerdo con este artículo! Como fan de las películas y libros de romance (y como alguien que quisiera comenzar a escribir al respecto), creo que muchas veces se descarta a este tipo de historias por la presencia de estos elementos, y no debería ser así. Pueden aportar mucho si se utilizan bien. Gracias por los consejos, de parte de una persona que lleva mucho tiempo siguiendo el blog.

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