¿Por qué conocerte a ti mismo es crucial para ser un escritor?

¿Por qué conocerte a ti mismo es crucial para ser un escritor?

¿Por qué conocerte a ti mismo es crucial para ser un escritor?

Si estás en este blog, probablemente es porque sueñas con convertirte en un escritor reconocido, alguien que escribe historias que miles de personas leen y disfrutan.

Seguramente, llevas tiempo aprendiendo sobre elementos narrativos, quizás has tomado cursos de redacción, leído decenas de libros, escrito cientos de páginas, etcétera.

Sin embargo, me atrevería a adivinar que ninguno de los maestros que has tenido o los cursos que has tomado te han inspirado a estudiar el núcleo más importante de un autor: quién es como persona.

Conocerte a ti mismo es una de las facultades más importantes que necesitas desarrollar si quieres que tus escritos realmente tengan poder y profundidad.

Si no me crees, deja que te comparta 4 razones que lo demuestran. ¡No pares de leer!

Tus historias, quieras o no, te exploran a ti mismo

Algo que debes entender lo antes posible, es que tus historias, lo quieras o no, exploran quién eres. Tus palabras y la forma en la que las acomodas, constantemente se inclinarán a proyectar los pensamientos más oscuros y luminosos de tu ser, y esto afectará los símbolos de la obra.

Por eso es que da tanto miedo mostrarle nuestros escritos a los demás, especialmente cuando tenemos baja autoestima. Nuestras historias son una extensión de nuestra mente, y que alguien no la aprecie es casi lo mismo a que no nos aprecie a nosotros.

Algunos pensarán que la mejor forma de evitar esto es construir historias que no tienen nada que ver contigo y alejarte lo más posible de ellas, pero esto es absolutamente imposible o, peor todavía, el simple hecho de intentarlo afectará negativamente tu obra.

Por el contrario, la mejor forma de afrontar esta realidad es verla como lo que es: una increíble ventaja. ¿Por qué? Bueno, porque para los escritores, sus historias también son una forma de descubrir qué es lo que realmente piensan y sienten.

Lo que debes hacer es tomarte la tarea con toda la honestidad posible, para que la obra no solo te represente como persona, sino que también critique tus fallas y alabe tus virtudes.

A medida que practicas este ejercicio una y otra vez, empezarás a conocerte cada vez más y eso te ayudará a llegar a un sitio más profundo e interesante cada vez.

¡Así es tus historias continuarán mejorando!

No puedes enseñarle algo interesante al mundo si ni siquiera sabes qué te interesa

Nuestras historias, siempre y cuando las construyamos con verdadera pasión, siempre se inclinarán a debatir problemáticas que nos atormentan en lo más profundo de nuestro ser. Sin embargo, eso no significa que siempre sepamos cómo empezar nuestras obras.

Después de todo, conectar una premisa narrativa con los monstruos que tenemos en nuestra alma no es nada fácil, y requiere mucho trabajo e introspección (y eso sin meterle toda la capacitación que necesitas para el acto de escribir como Dios manda).

Esa conexión es lo que hará que nuestras obras trasciendan el formato narrativo que elegimos y se conviertan en algo más que una serie de imágenes en secuencia o un montón de manchones de tinta sobre una hoja de papel. El mundo necesita escritores que cuenten historias de esa manera, y se quieres formar parte de ese grupo, debes entender a fondo qué es lo que realmente te interesa.

Obviamente, no es suficiente con que me digas que te interesa el anime, las comedias románticas, los videojuegos, las series de vampiros, salir con tus amigos o jugar al futbol. Esos gustos son solo la parte más superficial de quién eres realmente.

Si quieres llegar al fondo, necesitas entender qué es lo que representan esas cosas que te gustan, qué inquietud de tu ser están respondiendo.

Por ejemplo, quizás te gusta el anime porque le gusta presentar conflictos que van amarrados a los defectos del protagonista, y eso se relaciona con tu propia baja autoestima o deseo de convertirte en algo mejor.

Quizás te fascinan las comedias románticas porque temes que nunca encontrarás alguien que te ame por quien eres.

Quizás quieres jugar videojuegos porque te permiten vivir una fantasía de poder, porque temes sentirte vulnerable y débil en tu vida diaria.

Existen toda clase de razones para que te gusten esas cosas, y necesitas seguir las migajas de pan hasta la fuente. De esa forma entenderás mejor las rutas narrativas que te sientes inclinado a tomar y podrás moverte a través de ellas con mayor exactitud y creatividad.

Tus personajes son tan complejos como tú

Si no te consideras una persona compleja, entonces es imposible que tus personajes lo sean. En parte, es por esto que los fanáticos ideológicos son pésimos a la hora de construir personajes, porque reducen la existencia humana a lo que su ideología predica, y son incapaces de verse a sí mismos y a los que los rodean como algo más.

Tú no eres una persona que simplemente pueda ser explicada de la misma forma que puedes explicar qué es una silla o una mesa. Eres algo más parecido a las imágenes que aparecen dentro de un caleidoscopio. Una inmensa gama de colores y formas que cambian constantemente dependiendo del ángulo con el que las veas.

Esa tridimensionalidad es crucial entenderla para poder construir personajes que la compartan.

Conócete a ti mismo, entiende tu complejidad, y verás que tus historias se beneficiarán.

Necesitas entender tu propia mente para ser capaz de salir de ella

Nunca he sido fanático de la forma en la que Hollywood muestra el proceso creativo de los autores “exitosos”. Siempre lucen como sujetos atormentados, solitarios, que necesitan completo silencio para concentrarse y crear algo interesante.

Esto es muy engañoso porque, si bien es cierto que existirán situaciones en las que la inspiración que necesitas puede venir de ti, siempre te beneficiarás de encontrar grandes conceptos e ideas que están fuera de ti.

Y con “fuera de ti” me refiero a una idea que probablemente no compartes o, mejor todavía, que nunca en tu vida habías considerado. Algo nuevo, fresco, que active nuevas neuronas en tu cerebro y te muestre un montón de puertas que ni siquiera sabías que existían y, por lo tanto, jamás consideraste abrir.

Pero lograr esto no es tan sencillo. Después de todo, seguramente ya eres una persona con opiniones fuertes sobre los temas que le interesan, y eso provoca que cada vez que descubras una pieza de información nueva, la deseches o la manipules si no entra dentro del concepto que tú tienes del mundo.

Obviamente, jamás serás capaz de deshacerte de tus opiniones, pero puedes aprender a identificar cuándo tu mente está asesorando algo con honestidad y cuándo está tergiversando las cosas para que no tengas que retarte.

Si haces esto todo el tiempo, tu escritura se volverá increíblemente poderosa, porque está diseñada para mostrar la dualidad de las cosas y explorarlas de una manera honesta y profunda.

¡Esto es lo que hace grande a sujetos como Dostoyevsky, Victor Hugo y Dumas!

¡Espero haberte convencido de la importancia que tiene conocerte a ti mismo para ser un gran escritor! No te preocupes si estás todavía lejos de la meta. Vamos, es muy probable que quizás nunca llegues a ella, pero el simple hecho de que des pasos hacia el frente te ayudará con tu carrera de autor.

Si te gustó este artículo, seguramente te fascinará este sobre cómo mantenerte motivado con tu carrera de escritor. ¡No te lo pierdas!

3 thoughts on “¿Por qué conocerte a ti mismo es crucial para ser un escritor?

  1. Hola, llevo un tiempo siguiendo tu blog y la verdad que esta muy bueno, hace tiempo que quiero escribir una historia pero me falta tiempo de dedicación, quisiera preguntarte mas o menos cuales son los pasos a seguir, estructuralmente hablando para empezar a escribirla, ya he visto que debo tener una idea mas o menos clara de como tiene que ir la obra para evitar huecos a largo plazo, o que debo construir los personajes por lo menos principales con anticipacion, pero me gustaria saber algunos otros consejos.

  2. Muy interesante. Hay cosas que no conozco de mí mismo, y no se muy bien lo que quiero contar.

    No se que mensaje dejar en mi historia. Hay algo ahí, lo presiento, pero no se que es

    No se si me di a entender

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