Las decisiones impulsivas: ¿cómo construirlas?
Las decisiones impulsivas: ¿cómo construirlas?
Uno de los conceptos más mal entendidos, tanto desde el punto de vista de los escritores como de los críticos, es sin duda el de las decisiones impulsivas de los personajes.
Si bien es un elemento muy válido y útil en las historias, no es algo que sirva como excusa para aliviar conveniencias narrativas ni para robarle la agencia a los personajes.
Si quieres descubrir cómo utilizar las decisiones impulsivas a tu favor sin afectar negativamente la historia, ¡lee hasta el final!
¿Qué es una decisión impulsiva?
Una decisión impulsiva es una decisión hecha por un personaje sin que este considere las consecuencias de sus actos. Están regidas por la emoción y no la razón, y pueden aparecer tanto por sentimientos negativos como positivos.
No son decisiones “aleatorias”, sino que están directamente conectadas a las reacciones emocionales propias del personaje ante el contexto que está viviendo. Es decir, incluso las decisiones impulsivas tienen que estar amarradas a la lógica interna del personaje.
¿Por qué debes tener cuidado con ellas?
Lamentablemente, aquellos que se proponen a defender sus historias favoritas a capa y espada, suelen ver las decisiones impulsivas como un producto de la naturaleza impredecible del ser humano. Es decir, muchas veces vemos que quienes nos rodean hacen cosas que no tienen sentido, por lo tanto, está bien que suceda lo mismo en una historia, ¿no?
¡EEH! ¡Equivocado! La única razón por la que las cosas que los demás hacen no tienen sentido para nosotros es porque nos falta contexto.
Tú crees que no tiene sentido que un niño sea un bully, pero eso es probablemente porque no sabes la vida que ha tenido y la forma en la que entiende el mundo.
Tú piensas que es ridículo que alguien vote por el partido opuesto al tuyo, pero eso es porque no entiendes cuáles son las necesidades que ese ramo político soluciona (o parece solucionar).
A lo mejor te parece completamente insensato que un amigo tuyo le sea infiel a una novia que lo adora y es hermosa, pero tú no sabes la idea que él tiene sobre el amor, ni si la relación de sus padres, en lugar de enseñarle a querer, le compartió la visión de que nada es para siempre y no tiene sentido exponerse al dolor.
Las acciones de las personas no son aleatorias; siguen una lógica interna que puede ser mala o estar profundamente equivocada, pero está ahí. En este caso, la única diferencia entre la vida real y una historia es que el autor es omnisciente y conoce hasta el más mínimo detalle de la vida de sus personajes. Por lo tanto, es su trabajo seguir la lógica que demandan esos detalles y compartirla con nosotros de forma que los símbolos tomen fuerza y la temática tenga sentido.
Si usas las decisiones impulsivas como una excusa para empujar a los personajes a hacer algo que no corresponde con lo que ellos realmente harían, tendrás una conveniencia narrativa entre manos y tu historia perderá fuerza.
¿Cómo manejarlas correctamente?
Por suerte para todos, existen distintas técnicas que te ayudarán a aprovechar las decisiones impulsivas y que estas, en lugar de arruinar tu historia, la eleven y den más profundidad a los personajes.
¡Sigue leyendo y descúbrelas!
Entender la personalidad del personaje
Como te podrás imaginar, este es el punto más importante: la personalidad de los personajes.
Obviamente, dependiendo del carácter que tenga el personaje específico, las decisiones impulsivas serán más fáciles o más difíciles de detonar.
Por ejemplo, no es lo mismo que Capitán América tome una decisión impulsiva a que lo haga Iron Man; ni tampoco es igual que Sherlock Holmes se deje llevar a que el pato Donald le siga la corriente.
Si no entiendes esa parte del carácter del personaje, no serás capaz de manejar las decisiones impulsivas de manera idiosincrásica y estas siempre se sentirán falsas.
Crear un detonante poderoso
Independientemente de qué tan fácil sea darle una reacción impulsiva, siempre necesitas un detonante que esté lo suficientemente cargado de símbolos para que se sienta poderoso.
Incluso los personajes más enojones como Bakugo necesitan algo que los lleve a molestarse de verdad para actuar como individuos genuinamente desprovistos de lógica.
El detonante es lo más difícil porque varía de personaje a personaje y necesitas que tanto la construcción de la escena como su relación con los símbolos tenga sentido.
No hagas que tus personajes empiecen a gritarse entre ellos de la nada por cualquier diferencia, o a pelearse como si fueran gallos en un gallinero muy pequeño. No sobrecargues de sentimentalismo tu historia porque entonces los momentos emocionales no tendrán impacto.
El detonante debe ser creíble y ajustado a la escena.
Es algo así como cuando Starlord se entera que Thanos asesinó a Gamora. Muchos critican a Quill en esa escena, pero creo que nadie la critica porque sienta que su decisión fue forzada porque necesitábamos que Endgame sucediera, sino porque es una decisión impulsiva que arruinó la única oportunidad real que tuvieron para vencer al villano.
Esa escena está bien construida porque, si te pones en la piel de Starlord, golpear a Thanos era la único que tenía sentido en ese momento. Quill perdió a su madre, quien fue asesinada por su padre y perdió a Yondu. Su vida entera ha girado en torno a buscar un lugar al que pertenecer, y él sentía que lo había encontrado al lado de Gamora.
Y, de repente, resulta que eso también se lo arrebataron.
La reacción emocional de Quill está justificada y, aunque no nos guste, tiene sentido con el personaje y su contexto.
Darle consecuencias al acto impulsivo
Simbólica y narrativamente, la cuestión interesante sobre las decisiones impulsivas no es el acto en sí, sino las consecuencias que trae. Un acto impulsivo es hecho justamente porque el personaje no considera lo que sucederá después, y eso debe tener un precio que pagar.
Si permites que las acciones impulsivas de tu personaje no se castiguen, entonces no estarás aprovechando el símbolo de la impulsividad, y le faltará honestidad a tu obra.
Obviamente, se vale que la impulsividad tenga consecuencias negativas una que otra vez, pero no puede ser lo que acontece TODO el tiempo.
Si no piensas y actúas con la emoción, lo más probable es que las cosas te salgan torcidas. Es una realidad inescapable y necesitas que tu historia lo explore.
¡Y eso es todo lo que necesitas saber! Curiosamente, cuando introduces una decisión impulsiva en tu historia, es cuando más metódico y premeditado debes actuar como escritor. Recuerda que la agencia de los personajes va primero. Respétalos y ellos te darán una historia increíble.
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