El héroe narrativo: ¿por qué es vital verlo fallar?

El héroe narrativo: ¿por qué es vital verlo fallar?

El héroe narrativo: ¿por qué es vital verlo fallar?

Si bien creo que la mayoría de los espectadores/lectores de manera inconsciente entienden que un héroe narrativo siempre debe mostrar debilidades para ser interesante, a veces me sorprende que muchos escritores no se animen a dejar que sus protagonistas fallen.

Es decir, entiendo que muchos de nosotros, cuando empezamos, utilizamos nuestras historias para vivir una fantasía, generar un escape para nosotros mismos que nos permita salir de nuestra vida cotidiana y experimentar una aventura.

No hay nada malo con eso, pero, incluso, es un error creer que una aventura que valga la pena será aquella en la que todo sale bien, eres el centro de atención y siempre estás perfectamente capacitado para enfrentar cada uno de los obstáculos que se aparezcan en tu camino.

Lo cierto es que en la vida real rara vez esto sucede. Al contrario, son estas experiencias difíciles las que nos hacen más fuertes y listos para enfrentar el futuro. En pocas palabras, es normal que cometamos cientos de errores cuando estamos aprendiendo y esto, lejos de ser algo negativo, termina siendo uno de los aspectos más positivos de vivir.

En el caso de las historias, es igual y, en este artículo, quiero hablarte sobre el valor narrativo que tiene ver al “héroe fallar”. Si te interesa, ¡sigue leyendo!

Le da forma a su arco de personaje

Si ya leíste mi artículo sobre lo que es un arco de personaje y cómo construirlo, seguro ya entiendes cómo los fallos ayudan al héroe de la historia.

La cuestión es que, para que el arco de personaje sea poderoso, debe haber una clara y justificada diferencia entre el “protagonista del inicio” y el “protagonista del final”. ¿Por qué? Pues, piénsalo de esta forma. Tú, como individuo/a, cambias constantemente gracias a las experiencias que vives todos los días. Si pasan cinco años, es probable que quien eras al inicio de ese periodo no tenga nada que ver con quien eres ahora.

Y, lo más interesante, es que no son tus victorias las que más te cambian, sino tus derrotas. Por supuesto, esto es bastante comprensible, ya que una victoria simplemente te dice “vas bien”, mientras que la derrota te indica que “hay algo que debes cambiar”.

En el caso del héroe narrativo, son esos momentos de errores garrafales en los que tiene la oportunidad (y el deber) de mirarse a sí mismo de manera introspectiva y evaluar seriamente si su proceder está bien o mal. Sin esta lucha interna, el arco de personaje se queda estático y, por ende, la historia pierde profundidad.

Nos permite identificarnos con él/ella

¿Acaso eres perfecto/a? ¡Apuesto mi blog a que no lo eres y que no lo serás jamás! De la misma forma, estoy seguro que a ti no te queda la menor duda de que las personas que te rodean son todo menos perfectas.

Entonces, ¿cómo podríamos identificarnos con un personaje perfecto, al que todo le sale bien, es atractivo, inteligente, extrovertido y talentoso? ¡Es imposible! Lo cierto es que, si bien la mayoría de nosotros puede tener una o dos cosas de las cuales estar orgulloso, también tenemos otras cien que no nos gustan.

Un buen héroe narrativo es aquel que, dentro de su competencia, es también alguien que tiene varios problemas internos (y externos en algunos casos) que resolver. Es justamente esa lucha la que hace que podamos empatizar con él o ella y relacionar su lucha (en ocasiones fantástica) con nuestra vida cotidiana.

Lo hace heroico

Un gran héroe no es aquel que gana todas sus batallas, sino que, a pesar de sus errores y defectos, aprende a levantarse sobre sus huesos rotos, lágrimas derramadas y heridas magulladas para hacer lo correcto.

Piensa en todas las historias que te han enamorado: El Señor de los Anillos, Harry Potter, Las Crónicas de Narnia, Game of Thrones, Star Wars, o cualquier otra que se te ocurra.

En todas ellas hay una gran cantidad de personajes que tienen muchos defectos y limitaciones, pero son justamente esos detalles los que hacen que sus decisiones heroicas tomen fuerza y significado.

Por ejemplo, lo genial de Luke no es que le ganara a Darth Vader, sino que, contra todo pronóstico y después de sufrir una derrota terrible ante él, aprendiera de sus errores y optara por el camino más difícil: el correcto.

Si Luke le hubiera ganado desde el inicio a su rival (como hace Rey en la primera película, por ejemplo) sus acciones serían menos heroicas, porque la historia implícitamente nos estaría diciendo que Luke, de entrada, es más poderoso que su rival y, por ende, ya tiene lo que necesita para derrotarlo.

Esto, de inmediato, anula el conflicto y hace que las acciones de Luke pierdan heroísmo. Es decir, no es lo mismo que le ganes en una pelea a tu amigo flacucho a que tengas que entrenar dos años para ganarle a tu bully.

Si hiciéramos una película sobre lo segundo, nosotros, como audiencia, estaríamos apoyándote con más fuerza si, en el camino, vemos como poco a poco pasas de ser completamente derrotado por el villano a estar a su nivel y, eventualmente, sobrepasarlo.

Lo cual nos lleva al siguiente punto…

Le da más sabor a su eventual victoria

¿Sabes por qué cuando un deportista o un equipo gana muy seguido las personas se aburren? Pues, porque empieza a dar la sensación de que es muy fácil para ellos conseguir la victoria. También por eso, es que ves que muchas personas empiezan a revelarse contra estos campeones y desear con muchas ganas su derrota.

Al contrario de lo que muchos piensan, esto no es porque el ser humano disfrute ver fallar a otro, sino porque cuando vemos un obstáculo insuperable, tendemos a relacionarlo con eso: un obstáculo, un villano, algo que hay que vencer.

Por eso, es mucho más interesante ponerse en los zapatos del retador, el que sabe que, probablemente, va a ser miserablemente derrotado como tantos antes que él o ella, pero aún así toma la pelea valientemente y se rebela ante el destino que parece inevitable.

Entonces, ¡boom! Gana y no sabes cómo contener tu alegría al ver su heroica actuación y te conmueves hasta las entrañas, porque lo que la historia te comunicó es que, sin importar que tan negro se vea el horizonte, siempre existe la posibilidad de sobrevivir un día más y continuar la lucha.

¡Espero que te haya gustado el artículo y hayas aprendido mucho! Si es así, ¡asegúrate de suscribirte al newsletter del blog!

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