Parodia y sátira: ¿en qué se diferencian?
Parodia y sátira: ¿en qué se diferencian?
Si hay un tema que confunde a escritores y fanáticos por igual, sería sin duda la diferencia entre una parodia y una sátira.
De hecho, incluso no me sorprendería que algunos de los que lean este artículo hayan creído hasta ahora que ambos términos son completamente intercambiables.
La realidad es que la parodia y la sátira obedecen propósitos y reglas distintas, y vale la pena entenderlas para comprender la utilidad de cada una y poder construirlas correctamente.
Si quieres aprender más, ¡no pares de leer!
¿Qué es una parodia?
Una parodia es una imitación humorística de un material artístico que ha sido creado con anterioridad.
Por ejemplo, One Punch Man es una parodia del género shonen además del de los clásicos superhéroes de Marvel y DC. De la misma forma, Scary Movie es una parodia del género de terror.
En ambos casos, estas historias están utilizando una estructura ya existente para resaltar de forma humorística aquellos factores ridículos o cliché del material que toman como base.
¿Qué es una sátira?
La sátira, por su parte, es un trabajo que critica una idea o vicio con la intención de resaltar sus cualidades inmorales o burlarse de dicho comportamiento y/o forma de pensar.
La sátira es algo que vemos muy seguido en el discurso político y social general. Cada vez que aparece por ahí un video de un comediante imitando a un presidente y criticándolo arduamente, estamos presenciando una sátira.
Sin embargo, también lo podemos ver en
¿Cómo saber si te conviene hacer una parodia o una sátira?
De entrada, es probable que te parezca que estos trabajos son iguales y que la única diferencia está en la semántica, pero eso sería equivocado.
La diferencia crucial está en que la sátira, como nos dice Dustin Griffin en su libro Sátira, “está diseñada para atacar el vicio o lo inmoral […] busca persuadir a la audiencia de que algo o alguien es inmoral o ridículo […] Cuando se apodera de otra estructura literaria, no solo toma prestado elementos de ella, sino que los subvierte o dirige sus energías a propósitos extraños para el género”.
Por su parte, la parodia opera dentro de la estructura a la que hace referencia aceptando sus reglas y, aunque se burla de ellas hasta cierto punto, finalmente es una celebración de aquello que tomó de inspiración.
Volviendo al ejemplo de One Punch Man, por mucho que la serie se burla del concepto del héroe todopoderoso que hace inútiles al resto de personajes, en realidad no califica esto como algo negativo o inmoral, sino como un cliché o un área de mejora que, aunque salvable, debe ser trabajada por el bien del género que ocupa.
Compara eso con Watchmen, una sátira de los superhéroes, de la política y la existencia humana, que básicamente maneja la idea de que, si en realidad existieran personas con habilidades extraordinarias, estas se convertirían en individuos peligrosos, psicópatas y desconectados con la sociedad.
Watchemen presenta el argumento de que el concepto mismo de los superhéroes es peligroso y dañino, tratando de invitar a la audiencia a mirar esta idea con una luz distinta y menos favorable.
Dicho de otra forma, la parodia te conviene cuando quieres resaltar los aspectos ridículos de algo que disfrutas y procurar que mejore o tome rutas más creativas; mientras que una sátira la utilizarías para criticar a fondo un concepto con la esperanza de que la audiencia se enfoque también en los aspectos negativos que comparte.
¿Cómo crear una buena parodia?
Ahora que ya sabes la diferencia entre cada uno de estos conceptos, te compartiré algunos tips para que puedas construir ambos tipos de historias. ¡Empecemos por la parodia!
Comprensión del material original
Para poder crear una parodia, primero debes ser capaz de entender a fondo cómo funciona la estructura de aquello que piensas replicar.
Si no consigues este paso, tu parodia sufrirá mucho y estará mal diseñada. Recuerda, la idea es que trabajes de cerca con las reglas del material, y para hacerlo debes asegurarte que las entiendes.
Una forma de lograr esto es buscar patrones en el género, clichés que se repiten constantemente, como una backstory trágica, padres fallecidos, etcétera.
Estos patrones te permitirán identificar aquellos aspectos que se vuelven ridículos y repetitivos en el género y burlarte de ellos para resaltar estos aspectos.
Entender la relación entre el material y la audiencia
Como mencioné antes, la parodia no busca destruir el género, sino celebrarlo hasta cierto punto. Si bien te burlas de él, también debes asegurarte de incluir aquellos elementos que hacen que la audiencia conecte con él para empezar.
Y, como te podrás imaginar, esto no lo puedes lograr si no entiendes cuál es la relación que la audiencia tiene con este género, qué es lo que realmente le gusta del mismo.
¿Será la fantasía de poder? ¿El realismo del romance? ¿Las decisiones heroicas bajo presión? ¿Es una cuestión de nostalgia? Todo esto te servirá para crear algo que, además de divertir, también tiene mucha alma y conecta con la audiencia, especialmente los fanáticos del género.
Evita el comentario superficial
Las mejores parodias son aquellas que no se quedan con los chistes simplistas que el material original arroja, es decir, los factores superficiales que a cualquiera se le pudieron haber ocurrido.
La parodia hará comentarios profundos sobre el tema, resaltando aspectos que quizá nunca antes se habían considerado o puesto en tela de juicio. Por eso es que Saitama, en lugar de sentirse contento de ser un héroe todopoderoso, está aburrido y cansado de no tener un verdadero reto frente a él.
Es una perspectiva fresca sobre lo que el poder absoluto puede causar en una persona, y ese es solo un ejemplo de la buena labor que One Punch Man hace como parodia.
También podemos mencionar como los esfuerzos inútiles de Mumen Rider reflejan que el simple hecho de querer algo con toda tu alma, no logrará que lo consigas; o con Genos, mostrando que tomarse demasiado en serio la vida por culpa de las tragedias que has vivido, te convertirá en alguien molesto y obsesivo.
One Punch Man trata de ir más allá de lo aparente y encontrar formas inteligentes y profundas de atacar estos conceptos virtualmente inexplorados por el género al que hace referencia.
¿Cómo crear una buena sátira?
La sátira también tiene su complejidad. ¡Ahora te comparto unos tips para que puedas navegarla!
Descubrir qué hace la idea ridícula
Especialmente en el caso de una sátira, es muy importante que identifiques qué es lo que, a tus ojos, hace que la idea en sí sea ridícula o inmoral.
Justamente porque esto falta, es que muchas de las críticas políticas y sociales que vemos no tienen mucho valor para empezar, porque ni siquiera saben qué es lo que están tratando de decir.
Una sátira debe saber identificar qué es lo ve mal en el concepto que critica y explorarlo.
Utiliza la subversión de expectativas a tu favor
La subversión de expectativas termina volviéndose un concepto extremadamente útil a la hora de construir una sátira, precisamente porque se aprovecha de lo que la audiencia ya conoce la idea a fondo.
Por supuesto, es necesario no abusar demasiado de este elemento, porque la subversión en sí misma no sirve para construir una historia, sino para presentar nuevas formas de trabajar un elemento ya conocido.
Al final del día, esta subversión debe utilizarse para crear una crítica profunda e inteligente sobre un concepto, dándole una luz negativa que lo contrapone con el análisis más típico que usualmente se le ofrece.
No conviertas tu sátira en un sermón
Otro de los problemas que sufren las sátiras viene de la predisposición a criticar una idea con la que están construidas. Esto hace que el autor se desvíe muy fácilmente del proceso artístico y empiece a hacer propaganda en contra de una forma de pensar particular.
Esto es muy común en críticas religiosas o políticas, donde ambos lados del argumento están más que dispuestos a ridiculizar y demonizar al otro sin que haya verdadero espacio para el diálogo.
En parte, es por esto que The Last Jedi es una sátira de Star Wars tan pobre. Está tan claramente en contra del género y las ideas que representa, que se siente como una carta de odio a los fanáticos que no tiene nada inteligente o útil que decir.
Las buenas sátiras, si bien critican, también establecen matices de gris interesantes, donde la audiencia puede moverse y extrapolar por sí misma los aspectos positivos y negativos de una idea que quizá nunca antes había cuestionado.
¡Y con eso concluimos! Ahora ya conoces a fondo lo que es la parodia y la sátira. ¡Espero que esto te sirva para construir grandes historias!
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