Viajes en el tiempo: ¿cuál es su valor narrativo?
Viajes en el tiempo: ¿cuál es su valor narrativo?
Si hay un elemento narrativo que intimida y fascina a escritores por igual, sin duda sería el concepto de viajes en el tiempo, una idea que puede hacer que tu historia sea una experiencia sin igual, pero que puede romperla con la misma facilidad.
El concepto de “viajar en el tiempo” es algo que a todos nos pasa por la cabeza de vez en cuando, pero desde el punto de vista práctico está tan alejado de nuestra interacción con la realidad, que conceptualizar una historia con este elemento puede ser una tarea increíblemente compleja que se presta a errores y huecos narrativos.
Eso no le quita lo atractivo, sin embargo, y por eso creo que vale la pena hablar a fondo sobre su participación en las historias y cómo puedes aprovechar el concepto de forma beneficiosa para tu narrativa.
Si te interesa el tema, ¡no pares de leer!
¿Qué son los viajes en el tiempo?
Un viaje en el tiempo es un concepto que se refiere al movimiento entre distintos puntos en el tiempo. Puede ser realizado por un objeto, pero en una narrativa por lo general será llevado a cabo por una persona o humanoide.
Esta es una de las ideas más atractivas del género de ciencia ficción, pero lo cierto es que se ha utilizado en toda clase de obras, desde narrativas fantásticas o incluso obras románticas.
¿Cómo se diferencian de los saltos elípticos?
Desde un punto de vista narrativo, es muy factible que te estés preguntando sobre los distintos saltos de tiempo que hace una trama sin que exista un elemento fantástico para justificar el cambio de temporalidad en el setting.
Aquí, obviamente, estoy hablando de los saltos elípticos, esos que permiten que una historia pase del presente al pasado de un personaje o saltar al futuro y mostrarnos la vida de estos mismos personajes años después de los acontecimientos del conflicto central.
Por supuesto, estoy claro que sabes que existe una diferencia entre este tipo de saltos en el tiempo y aquellos que requieren algún tipo de tecnología avanzada o hechizo, pero de todas formas creo que vale la pena establecer exactamente cuál es esa diferencia.
Los saltos elípticos no son elementos que tienen un impacto directo en la trama, a diferencia de los viajes en el tiempo hechos y derechos. Afectan la estructura cronológica de la trama, pero no producen cambios en la misma. En realidad, se utilizan para contextualizar la historia y ofrecer información valiosa para la audiencia.
Los viajes en el tiempo tienen un impacto directo en la trama; introduciendo reglas que son capaces de abrir y cerrar ciertas puertas narrativas además de ofrecer conflictos narrativos importantes. Los personajes experimentan de manera directa estos viajes y realmente se mueven entre distintos puntos en el tiempo; mientras que con un salto elíptico el personaje vivió su historia de manera lineal, solo que se le presenta a la audiencia en un orden más caótico.
¿Qué representan los viajes en el tiempo?
Si tienes tiempo leyendo este blog, entonces seguro ya te imaginarás que los viajes en el tiempo también tienen un propósito simbólico que impacta los arcos de los personajes y la temática de la historia.
Este símbolo cambia dependiendo del tipo de viaje en el tiempo que esté trabajando la historia, lo cual hace que sea difícil definirlo de manera sencilla, ya que técnicamente pueden existir miles de formas de presentar este concepto (como ya nos demostraron historias como Tenet o La esposa del viajero del tiempo).
Por eso, creo que lo más sencillo es hablar de los tipos de viajes en el tiempo más comunes que hay. ¡Aquí te van!
Volver al pasado
¿Alguna vez has metido la pata o perdido una oportunidad tan grandiosa que te quedas pensando “si tan solo pudiera volver en el tiempo”? Bueno, básicamente, eso es justamente lo que representa como símbolo el viaje en el tiempo que se dirige al pasado: el arrepentimiento.
La idea de volver al pasado está íntimamente ligada al concepto de corregir nuestros errores y hallar algún tipo de redención. Es por eso que Avengers: Endgame la introduce en su narrativa: el arco de casi todos los personajes principales precisamente gira en torno al arrepentimiento surgido por ser incapaces de salvar el día.
En las historias que manejan los viajes en el tiempo de esta forma, el protagonista o los protagonistas tienen dificultad para lidiar con la realidad y sienten que la única forma en la que pueden mejorar como personas es borrando sus errores.
Esto, por supuesto, es una verdad a medias. A lo largo del viaje, necesitas que el personaje se enfrente a las fallas que le llevaron a cometer el error para empezar. Así podrá completar su arco de manera beneficiosa y crecer como persona.
Ejemplos: Avengers Endgame y La Máquina del Tiempo (la película, no el libro).
Volver al presente
Estas son historias en las que, usualmente por algún tipo de accidente, un personaje o varios quedan atrapados en el pasado con la necesidad de volver al presente.
En este caso, existen dos tipos de símbolos que se pueden manejar. El primero se relaciona principalmente con que el personaje aprenda a valorar el lugar del que viene, algo que no era capaz de hacer hasta que se ve obligado a interactuar con el pasado.
El viaje ayuda al personaje a ver con mayor contexto las cosas valiosas que su vida original le ofrecía, ayudándole a verse a sí mismo con honestidad y, por ende, crecer como persona.
Dicho esto, el segundo símbolo tiene que ver con historias en las que el personaje decide, finalmente, quedarse en el pasado en lugar de volver al presente. En este caso, el símbolo cambia para adecuarse más a un arco de identidad, en el que el personaje logra encontrar un verdadero lugar al que pertenecer.
Ejemplos: Volver al Futuro y Black Knight.
Viajar al futuro
Los viajes al futuro, al igual que los viajes de “volver al presente”, tienen tres dinámicas simbólicas comunes. La primera, es exactamente igual a la que presentamos antes: los personajes viajan al futuro y se quedan atrapados por accidente, aprendiendo una lección valiosa sobre el presente y viéndose obligados a volver con una nueva perspectiva.
La segunda tiene que ver con viajes al futuro cuyo propósito no tiene nada que ver con volver al presente, sino que por alguna razón arbitraria se necesita a alguien del pasado que ponga orden. Estas historias simbólicamente representan el valor de la tradición y el conocimiento generacional, rescatando a nuestros antepasados y sus valores morales.
La tercera dinámica simbólica ocurre cuando los personajes viajan al futuro con la intención de conocer más sobre la realidad; la curiosidad es el principal aliciente.
Aquí, los personajes también aprenden algo importante sobre el presente, pero el descubrimiento suele ser más trascendente, relacionado con los aspectos más profundos y complejos de la existencia humana.
Ejemplos: Volver al Futuro II, Kate and Leopold y La máquina del tiempo (libro).
Bucle de tiempo
Los bucles de tiempo son aquellos que atrapan a los personajes de una forma u otra en un bucle de tiempo con el potencial para repetirse de forma infinita. Estas historias pueden centrarse tanto en romper el bucle como construir la manera en que los personajes se quedaron atrapados ahí.
En ambos casos, el símbolo es la “autodestrucción”, ya que, metafóricamente hablando, las fallas que tienen estos personajes les hacen caer una y otra vez en los mismos errores. El enfoque de la historia (ya sea romper el bucle o mostrar como se forma), depende completamente del tono que le quieras dar a la historia.
Si quieres trabajar un arco en el que el personaje logra superar sus fallas, suele ser mejor enfocarte en la ruptura del bucle, ya que así la conclusión del arco del personaje le permite salir del ciclo de errores que lo tenía prisionero.
Si quieres trabajar un arco en el que el protagonista no logra superar sus fallas y es consumido por ellas, tiene más sentido que el bucle no se rompa, ya que la falta de mejora moral llevará al personaje a caer en los mismos agujeros.
Ejemplos: Predestination, Naked y Looper.
¿Cómo evitar que rompan la trama?
Ahora, hablemos sobre algunas reglas narrativas que debes seguir para evitar que tu concepto de viajes en el tiempo genere huecos argumentales insalvables.
¡Aquí te van!
Establece claramente las reglas de los viajes en el tiempo
Independientemente de la naturaleza de tus viajes en el tiempo (si son causados por una varita o un avanzado aparato de tecnología), al final del día estamos hablando de un sistema mágico.
Es decir, las reglas de los viajes en el tiempo deben estar aterrizadas tomando en cuenta el impacto que deben tener en la trama, así como su valor simbólico para la temática.
Considerando lo confuso que suele ser este concepto, es de vital importancia que tu audiencia comprenda cómo funciona, o de lo contrario será muy difícil que se meta en la historia.
Esto no significa que tus viajes en el tiempo deben estar perfectamente explicados o ser muy complejos. Puedes manejar algo tan simple como que, al caer en un pozo extraño, por alguna razón inexplicable, el personaje viaja en el tiempo.
No tienes que explicar por qué el pozo tiene ese poder, pero por lo menos debes dejar claro que EL POZO ES NECESARIO para viajar en el tiempo. El sistema mágico sigue teniendo una regla básica que le da a la audiencia una idea clara sobre lo que está sucediendo.
Por supuesto, esto es solo un ejemplo. No existen límites para la clase de reglas que puedes colocar en relación a tus viajes en el tiempo. ¡Lo importante es que las marques con claridad!
No te olvides del concepto de causalidad (la paradoja del abuelo)
Una de las principales razones por las que los viajes en el tiempo suelen ser un dolor de cabeza, es porque si aplicas el concepto de forma práctica, es virtualmente imposible que no surjan paradojas.
La principal y más importante es sin duda la paradoja del abuelo, que se relaciona con el concepto de la causalidad. La paradoja va a así:
Si viajas al pasado a asesinar a tu abuelo paterno (o materno, en realidad no importa), entonces él no tendría oportunidad de concebir a tu padre, por lo que jamás habrías nacido y, por ende, no hubieras podido viajar al pasado a matar a tu abuelo.
Esta paradoja nos explica que si un viaje en el tiempo anula las razones que nos llevaron a viajar para empezar, entonces se genera una ruptura lógica que nuestra narrativa debe solventar de alguna forma.
Esto aplica para todo tipo de tramas, no necesariamente una en la que el protagonista tiene alguna clase de vendetta contra su abuelo. Es un principio que debes considerar si quieres asegurarte que tu narrativa no genera huecos argumentales importantes. ¿Utilizarás mundos paralelos? ¿Harás que tu personaje deje de existir después de tener éxito? Es algo que debes pensar.
Es cierto que en este punto me estoy enfocando únicamente en la causalidad, pero lo cierto es que también deberías investigar sobre otras paradojas similares. ¡Aprende sobre ellas también!
Estructura cada línea de tiempo con cuidado
Una de las mejores formas de evitar que los viajes en el tiempo rompan tu historia, es estructurando cada una de las líneas de tiempo con cuidado y por separado.
Cada vez que uno de tus personajes viaja en el tiempo, está creando una línea de tiempo narrativa que debes explorar. Por ejemplo, si tu personaje viaja a 1942, 1999 y 3072, en cada uno de esos puntos de tiempo se desarrolla una historia con el personaje y SIN ÉL.
Entonces, lo que debes hacer es estructurar cada una de esas líneas tomando en cuenta ambas situaciones: una en la que el protagonista nunca llegó y otra en la que su participación generó cambios importantes.
Esto te permitirá tener una mejor comprensión de tu mundo y sobre cómo la inclusión de los viajes en el tiempo lo está afectando.
No lo utilices como conveniencia narrativa
Una de las razones por las que incluí el valor simbólico de los viajes en el tiempo, es precisamente porque este elemento no se debe utilizar como una simple conveniencia narrativa para devolver todo a como estaba antes.
Si haces eso, tu viaje en el tiempo se convertirá en un Deus Ex Machina y perderá drásticamente su poder como elemento narrativo. ¡No lo olvides!
¡Y ya con esto acabamos! ¡Espero que hayas aprendido algo nuevo! Si fue así (o no), ¡asegúrate de dejarme un comentario!
Quiero saber más ,
Gracias por este post J.E.F.S. Después de leer esto me siento capaz de comenzar a darle estructura al proyecto que tengo pendiente jeje. Una duda que tengo: ¿Qué tantos elementos fantásticos podría tener una historia (en mi caso de superpoderes y esas cosas)?
Mientras estaba en Facebook leí a varias personas hablando del peligro de agregar demasiados elementos fantásticos a una narrativa (y se enfocaban en Attack on Titan)., y luego pensé: ¿Es posible que yo también esté pecando de agregar tantos elementos fantásticos en mi universo, a pesar de muchos de ellos son esenciales para que la historia siga su curso?
¡Hola, PokeG! En realidad, no existe tal cosa como un límite para los elementos fantáticos que puedes colocar en una obra. Mira a El Señor de los Anillos por ejemplo. El truco está en CÓMO los introduces y a qué ritmo lo haces. Si introduces demasiados elementos fantásticos de golpe puedes confundir a tu audiencia, por lo que lo mejor es que solo los introduzcas a medida que se hacen importantes para la trama. Por supuesto, también es importante considerar que mientras más complejo sea el elemento, más explicación requerirá por lo que mantenerlos relativamente simples (por lo menos al inicio) también es una buena práctica.