Conflicto central: ¿qué es y cómo desarrollarlo?
Conflicto central: ¿qué es y cómo desarrollarlo?
En este blog hemos hablado muchísimo sobre los conflictos y su importancia en la narrativa, pero creo que también debemos tocar a fondo un tema bastante relacionado: el conflicto central.
Es obvio que nuestra historia debe tener conflicto, pero donde muchos escritores fallan es en la forma en que se enfocan en los conflictos de su historia; de repente perdiendo de vista cuál es el punto de la obra y/o los personajes, y crenado una experiencia narrativa inconsistente o, peor todavía, aburrida.
Si no quieres que eso te suceda, ¡este artículo te ayudará!
¿Qué es el conflicto central?
El conflicto central es aquel que está directamente relacionado con el arco del personaje principal y desde el cual se desprenden el resto de los conflictos narrativos.
Dije “arco del personaje principal” porque este elemento incluye, entre otras cosas, la necesidad y deseo del protagonista. De hecho, ese es el secreto para identificar cuál es el conflicto central de tu historia. ¡Es el que te permite combinar tanto el deseo como la necesidad del personaje principal, aunque estén separadas de entrada!
Por ejemplo, en Real Steel, el protagonista quiere ganar dinero, pero necesita abandonar su cinismo y egoísmo. Estos dos conceptos se juntan en el conflicto central: viajar por Estados Unidos con su hijo recién descubierto quien encontró un robot que les puede permitir pelear con éxito.
El personaje “desea” ganar dinero y su hijo expone sus debilidades y hace evidente que “necesita” abandonar su cinismo y egoísmo, o acabará destruido.
El conflicto central junta ambas cosas y crea un camino para la trama del que, además, pueden nacer otras vertientes narrativas que enriquecerán todavía más la historia.
¿Por qué es importante manejar bien tu conflicto central?
Existen una razón por la cual es importante manejar bien tu conflicto central: si no lo haces, el arco de tu personaje principal perderá relevancia y eso herirá drásticamente el ritmo narrativo de la obra.
Algo así podemos ver en la segunda temporada de Attack On Titan y parte de la tercera, donde Eren pasa a un rol extremadamente secundario y la historia se olvida de su conflicto central.
Esta es la parte más lenta y aburrida de la serie que, aunque no la arruina del todo, si nos demuestra lo peligroso que puede ser olvidarte de tu conflicto central y no conectarlo con la trama central.
Tan es así, que los escritores se dieron cuenta y le dieron una “remodelación” a su protagonista y volcaron toda la historia sobre él al final. ¡No es casualidad que en este momento Eren sea uno de los personajes más populares del anime ni que el ritmo de la historia haya mejorado considerablemente! ¡El conflicto central volvió a tomar relevancia!
¿Cómo se desarrolla?
Para desarrollar un conflicto central una vez que lo tienes bien identificado, necesitas tomar en cuenta estos cuatro puntos. ¡Tenlos presentes!
Debe estar fuertemente atado al arco del personaje principal
Uno de los errores que cometen los escritores es que se les olvida que un conflicto no es central, sino está íntimamente ligado al personaje principal.
Volviendo al caso de Attack On Titan, el problema de la segunda temporada y la primera parte de la tercera es que olvidaron por completo que la guerra con los titanes es, de cierta forma, irrelevante, al igual que la supervivencia de la humanidad.
En realidad, lo que importa es el cómo y porqué EREN LUCHA CONTRA LOS TITANES y la búsqueda de libertad del personaje. Ese es el conflicto central y es lo que los escritores debieron tener presente de principio a fin.
¡Asegúrate que tu historia tiene este enfoque!
Debe estar en el centro de la trama
Curiosamente, lo que mencioné antes también es un ejemplo de cómo un conflicto central puede, sin que el escritor quiera, dejar de ser el centro de la trama.
Si te suena extraño, probablemente es porque sigues creyendo que el conflicto central es el más “grande y épico” de la historia, pero no es así. No es el más grande, es el más interesante porque nace del personaje más interesante de tu obra: ¡el protagonista!
Tu trama debe reflejarlo colocando ese conflicto en su centro, haciendo que siempre tenga relevancia y que, incluso cuando el protagonista no está en la escena, lo que sucede en ella le afecta de cierta forma.
Las subtramas de los personajes secundarios se desprenden de él, no son paralelas
Las subtramas no son excusas para manejar personajes secundarios que no tienen nada que ver con el protagonista, sino que son conflictos que ofrecen profundidad temática a la historia.
Esto es algo que vemos muy bien representado en Los Miserables, donde las subtramas, de una forma u otra, se relacionan con la búsqueda de redención de Jean Valjean, lo que permite al personaje mantener una relevancia infinita en la historia porque tiene un impacto en todo lo que sucede.
Dicho esto, si has leído el libro, seguramente te diste cuenta que cuando Victor Hugo presenta personajes como Mario y Fantine, la historia se alenta drásticamente porque no puedes evitar preguntarte “y esto, ¿qué tiene que ver?”.
Víctor Hugo se sale con la suya porque su lírica es espectacular, sus estudios morales en la historia no tienen comparación y hay mucha relevancia temática, pero incluso su obra maestra sufre en el apartado de ritmo narrativo por la forma en que crea subtramas paralelas que eventualmente se unen al conflicto central, en lugar de que dichas subtramas se desprendan de él.
¡Y con eso acabamos! Algo que te debió quedar claro aquí es que, aunque es importante manejar bien el conflicto central y ponerlo en el centro, sí existe una cierta flexibilidad aquí.
Es decir, puedes darte el lujo de alentar el ritmo de tu historia si esto tiene sentido para la narrativa. ¡Lo importante es que no permitas que se vuelva insufrible!
Tanto Attack On Titan como Los Miserables lograron manejar este balance al final del día, ¡así que no hay razón para que tú no puedas hacerlo!
Si te gustó este contenido, quizás deberías leer este otro sobre cómo construir una trama compleja. ¡No te lo pierdas!