Los 10 errores más comunes que cometen los escritores novatos

Los 10 errores más comunes que cometen los escritores novatos

Los 10 errores más comunes que cometen los escritores novatos

Escribir es una de esas ciencias que tienes que redescubrir una y otra vez, y la mejor forma de hacerlo es escribiendo y cometiendo una que otra equivocación.

El problema realmente llega cuando esos errores se vuelven hábitos y ni siquiera nos damos cuenta que estamos trabajando en una historia que no tiene mucho futuro, o que tiene fallas graves que debemos identificar y luego corregir.

Todos los escritores novatos, por definición, cometen errores en sus primeras historias y parte de crecer como autor es ser capaz de atacar estos vicios y erradicarlos.

Después de conversar con muchos escritores, especialmente en Wattpad donde tengo una de mis historias, me he dado cuenta que hay varios errores comunes entre los principiantes, y me gustaría compartírtelos con la esperanza de que puedas determinar si también te afectan a ti.

Si te interesa, ¡sigue leyendo!

1. Crear un protagonista infalible

Algo que a veces se nos puede escapar cuando empezamos a escribir historias, es que lo que hace que un protagonista sea memorable no es lo competente que es ni la cantidad de veces que gana.

Por supuesto, hay muchos grandes personajes que cuentan con estas características (como Sherlock Holmes, por ejemplo), pero es un error pensar que eso es lo que los separa del resto.

Lo que hace que un protagonista realmente sea increíble y tenga una historia llamativa, son las debilidades que tiene y la forma en la que se enfrenta a ellas. Es por eso que un personaje que no tiene fallas realmente no es un personaje: es una simple proyección del autor; plana y sin vida.

Tu personaje debe perder igual o más de lo que gana, debe tener problemas internos y externos que le impidan alcanzar su verdadero potencial, dudar de sí mismo, hacer juicios apresurados de vez en cuando y equivocarse.

Si en tu historia tu protagonista siempre tiene la razón, entonces tu obra tiene una falla grave y, por ende, tu escritura.

2. Tiranizar a los personajes

Los personajes, al contrario de lo que pueden pensar algunos, no son extensiones de la personalidad del autor. Obviamente tendrán aspectos similares porque nacen de su mente, pero es un error creer que los personajes son una “parte de nosotros” y por eso podemos hacer lo que queramos con ellos.

Si tratas a tus personajes como si no fueran individuos ajenos a ti, como si no fueran personas reales, entonces tu lector tampoco los verá así.

Eso es un problema gigantesco, porque hará que tu historia pierda credibilidad y los símbolos de la obra no serán tan profundos como deberían.

Los personajes son nuestros mientras los construimos, mientras les damos un pasado, un nombre y características únicas. Después de eso, se vuelven conocidos, personas a las cuáles podemos predecir, pero no controlar.

No te vuelvas un tirano para tus personajes; aprende a dejar que se expresen por su cuenta y verás como tus historias cobran vida.

3. Forzar una opinión en el lector

Especialmente si somos la clase de persona que tiene una fuerte opinión sobre todo y que, además, sabe expresarla, es muy común que caigamos en la tentación de soltarle sermones al lector para que aprenda y se “eduque” con todas las ideas maravillosas y objetivamente correctas que traemos en nuestra cabeza.

Esto no solo producirá que generes una historia aburrida, predecible y superficial, sino que evitará que construyas arte.

Los artistas no somos políticos, no somos activistas. Somos mentes creativas que tratan de expresar ideas que los carcomen por medio de su labor artística. No estamos diciéndole al mundo “qué pensar”, sino “en qué pensar”.

Podemos tener nuestras opiniones, claro, pero no somos nadie para imponérselas a los demás. Un buen artista siempre muestra los distintos lados de un argumento y deja que el espectador/lector decida por su cuenta.

Puedes creer que la opción “A” es lo mejor que existe y todo aquel que no la tome está mal, pero como artista no solo necesitas explorar por qué la opción “B” atrae a otras personas, sino que también debes exponer todas las razones por las que “A” puede resultar algo negativo y nefasto.

No existe una idea que no tenga un lado positivo y uno negativo, y un escritor no tiene todas las respuestas, pero sí tiene la capacidad de mostrar conceptos difíciles por medio de historias. ¡Esa es tu labor!

4. Trabajar cuando “llega la musa”

Escribir es una tarea que requiere trabajo, concentración y esfuerzo. Es un proceso que agota y que, por mucho que nos guste, no es algo que realmente tengamos ganas de hacer todo el tiempo.

Esto es particularmente cierto cuando nos encontramos trabados con una historia o sentimos que nuestro trabajo tiene muy poca calidad. En esos momentos, es muy difícil encontrar la fortaleza para sentarse a trabajar, y podemos caer en el error de esperar a que llegue una idea mágica, una musa genial que nos permita descifrar los misterios de nuestra obra.

Lamentablemente, no existe peor mentalidad que esa si lo que quieres es convertirte en un gran escritor.

La musa no es algo que llega de la nada. Si realmente quieres acceder a ese estado de “sabiduría”, donde todas las ideas fluyen y todos los símbolos tienen sentido, entonces necesitas entrenarte para llegar a él.

La creatividad es como un músculo: mientras más la ejercites, más fuerte será y más control tendrás sobre ella.

Por eso es imperativo que no esperes a que llegue la inspiración para sentarte a escribir, sino que te obligues a ti mismo a trabajar todos los días, aunque sean solo 15 o 20 minutos.

Tu historia no se escribirá sola ni tus conocimientos sobre la escritura aumentarán mientras estás ocupado haciendo otras cosas.

5. Creer que su escritura no tiene fallas

Una vez que tu obra sale de tu computadora y la pones en manos de un lector, tu opinión sobre ella es la que menos importa. Una historia es tan buena como las cosas que transmite a todo aquel que no sea el autor.

Por eso, es una pésima idea que siquiera se te pase por la cabeza que ya eres un gran escritor y cualquier crítica es injusta y errónea. Puede que lo sea, pero esa debería ser tu última suposición, incluso si ya fuiste publicado y tienes unas cuántas ventas bajo tu hombro.

Lo cierto es que escribir es difícil y hay demasiados elementos que considerar a la hora de hacer una historia, y eso sin incluir esas pequeñas idiosincrasias que toda obra tiene, sin excepción.

Si realmente quieres dar el salto a un trabajo de escritura profesional, necesitas estar abierto a la crítica constructiva, entender que te falta mucho por aprender y que cada pieza de retroalimentación tiene el potencial de hacerte mejorar.

6. Crear un villano más interesante que el protagonista

Como hay tantas historias con protagonistas mal hechos y poco interesantes, es normal que tengamos cierto desdén por esta clase de personajes (lo cual está mal) y terminemos por fascinarnos más por los villanos.

Está bien construir un gran antagonista que aporte muchas cosas a la historia, pero nunca debe ser alguien más interesante que el protagonista.

¿Por qué? Pues, porque el protagonista es el personaje que le da sentido a la trama, es el que tiene el conflicto central que permite que todos los símbolos tengan sentido y la lectura se vuelva atrapante.

Tu personaje principal siempre debe ser el que tiene la lucha interna (y externa) más interesante y compleja del relato, y tu antagonista es una fuerza narrativa que debes usar para potenciarlo.

Si no puedes hacerlo, entonces deberías hacer que tu antagonista adquiera el papel protagónico, no clavarte en tu aburrido protagonista.

Esta es de hecho una de las máximas que John Truby nos comparte en su libro Anatomía del Guión: tu protagonista siempre debe ser el personaje más interesante del relato.

7. Forzar una relación romántica en la historia

¿A quién no le gusta un poco de romance? Bueno, seguramente a varios por ahí, pero creo que se vale decir que a la mayoría de nosotros nos encanta la sensación que una bonita relación nos transmite cuando la vivimos en las páginas de un libro.

Sin embargo, el romance, como prácticamente cualquier emoción, es un elemento narrativo que tiene sus pros y sus contras y que no siempre es el camino que debería tomar el arco de un personaje.

Es muy tentador colocar este tipo de tramas en las historias, pero no todas se benefician de él, especialmente si pareciera que lo único que mantiene juntos a los personajes es el hecho de que ambos son atractivos.

Si el romance no beneficiará el arco de tus personajes, profundizará la temática o le dará una nueva perspectiva a los símbolos, entonces sobra y no lo deberías incluir, por mucho que quieras.

8. Utilizar a los personajes para vivir una fantasía propia

Como mencioné antes, los personajes no son extensiones de los autores y, bajo el mismo token, tampoco deberían ser avatars para que los escritores experimentes fantasías personales. Eso es algo que se les deja a los lectores, porque ellos son los únicos que realmente tienen derecho a vivir una historia como se les dé la gana.

Tu prioridad como autor siempre debe ser crear algo auténtico y que tenga sentido dentro de la propia lógica del mundo que creaste. Puedes hacer algo que se te haga llamativo e interesante, pero al mismo tiempo debes entender que tus deseos no son los que mandan en ese mundo, sino los de los personajes.

Si tu personaje es estoico, honorable y tiene una esposa a la que adora, quizás no es buena idea que lo metas en un harem de mujeres hermosas solamente porque a ti te gustaría estar ahí, y mucho menos que lo obligues a hacer algo que va en contra de sus principios y moral.

No estoy diciendo que no puedas crear personajes con filosofías y actitudes contradictorias (porque hay muchas líneas narrativas interesantes que se pueden explorar con eso) lo que estoy diciendo es que no te proyectes en tus personajes como si fueras un fantasma que pasa de un cuerpo a otro.

Siempre déjalos que actúen de acuerdo a su propia naturaleza y crea situaciones que les permitan a ellos mismos tomar las decisiones que necesitas que tomen para que la trama avance.

Digamos que los puedes “guiar”, no “manipular” u “obligar”.

9. No prestarle atención a los símbolos y temática de su historia

La escritura, hasta la más ridícula que te puedes imaginar, si se hace con honestidad, tendrá profundidad.

Incluso películas domingueras como Mentiroso, Mentiroso o Shrek tienen símbolos muy interesantes y sutiles que demuestran que los autores tenían una idea en la cabeza que querían explorar de la mejor manera.

No caigas en el error de creer que hay elementos narrativos que carecen de importancia. Es cierto que hay una jerarquía de valor, pero nada tiene un valor de cero, desde el color de las cortinas del cuarto donde se murió el hermano del protagonista hasta la cantidad de veces que tuvo que enfrentarse con el villano para derrotarlo.

Es normal que incluyas elementos en tu historia sin tener una idea clara de por qué necesitas incluirlos, pero parte de madurar como escritor pasa por comprender el funcionamiento de tu subconsciente y descifrar los mensajes que te manda a través de los símbolos que te invita a colocar.

Esta es una habilidad difícil de desarrollar, pero que mientras más practiques, mejor se te dará. Siéntate seriamente y trata de comprender por qué tus personajes son como son, por qué tu protagonista tiene esa combinación tan particular de fallas y necesidades, y por qué tu historia toma lugar en esa época y mundo en especial.

¡Hay respuestas a esas preguntas, y son más profundas de lo que crees!

10. Hacer pocas descripciones

Un libro, al contrario de una película o videojuego, tiene la desventaja de que el lector solo puede conocer el mundo de la historia a través de las palabras del autor.

Literalmente, el mundo de tu obra no existe hasta que lo pones en una página, y los detalles que estás dejando por fuera no tienen valor, por mucho que no queramos aceptarlo.

El truco de las descripciones es que aporten suficiente información para que el lector tenga una idea clara de lo que sucede y pueda rellenar los espacios que faltan por su cuenta. A su vez, lo que eso significa es que, mientras menos descripciones haya, más lejano y ficticio se sentirá el mundo, porque todo es un canvas blanco y vacío que el lector apenas y puede rellenar.

Sé que a veces puede resultar molesto porque la descripción puede sentirse como algo que nos impide llegar rápidamente a las “escenas interesantes”, pero al final del día son ellas las que permiten que existan escenas emotivas y poderosas. ¡Si te las saltas estarás cavando tu propia tumba!

Usa las descripciones siempre que puedas; verás que te darán una enorme cantidad de beneficios.

¡Y eso es todo! Procura evitar estos errores y verás que estarás un paso más cerca de tu meta de convertirte en un escritor profesional.

Si te gustó el artículo, quizás te interese este otro que habla sobre cómo la experiencia personal ayuda a los escritores. ¡Seguro te gustará!

12 thoughts on “Los 10 errores más comunes que cometen los escritores novatos

  1. Muy buenas noches:

    Leí tus comentarios y me llama la atención que como escritor es importante buscar fallas en lo que escribimos siendo autocríticos y compartir nuestro material con personas que nos den una opinión sincera. Esto es porque nuestros lectores verán desde otra perspectiva y las opiniones ajenas siempre son buenas porque nos permiten mejorar.

    Saludos

  2. Muy buenas noches:

    Muy interesante tu artículo siendo objetivo porque como escritores no debemos de perder el piso y si mantener cierta realidad para poder escribir con lógica y coherencia los sucesos y todo aquello que narramos.

    Saludos

  3. Muy bueno este artículo sobre los errores que podemos cometer al escribir una historia siendo novatos. Muchas gracias. Solo te digo que discrepo en el número 6. Villanos más interesantes que un protagonista he visto algunas veces y en historias perfectas. Por ejemplo, sin menospreciar a la inteligente detective Clarice Starling, el doctor Lecter es el personaje que captura nuestras emociones y, por más repulsión que sintamos hacia él, es más fuerte el interés que nos despierta su propia maldad.

    1. ¡Hola, Manuel! Me refiero a interesante desde el punto de vista narrativo, no subjetivo. En el caso que mencionas de Hannibal, existe una razón por la que el personaje es el villano y no el personaje principal. A lo largo de la historia, Lecter no vive ningún arco ni tampoco un conflicto interno. Eso, narrativamente hablando, es mucho menos interesante que los conflictos de Clarice, quien está metiéndose cada vez más profundo en el lado oscuro del ser humano y está tratando de resolver un caso realmente difícil. ¡Espero que la aclaración te sirva!

  4. Hola, este comentario no tiene relacion con el tema del post.
    Tengo adelantada la escritura de un libro en un 95 % . Quien me puede ayudar para corregir posibles fallas como escritor novato. Que pasos debo seguir para lograr su publicación? . Gracias de antemano

    1. ¡Hola, Luis! bueno, de entrada, es buena idea que consigas familiares o amigos que lo lean y te den su honesta opinión. Especialmente, debes esforzarte por encontrar fallas en el libro. No busques que lo alaben, sino que te lo critiquen.

      También puede ser una buena opción contratar un servicio de corrección de estilo y uno de análisis narrativo. ¡Yo ofrezco del segundo! ^^

  5. Buenas noches. Ya he autopublicado una novela sobre el calentamiento global y la destrucción de la tierra y un libro de cuentos. Ahora en cuarentena he desarrollado once cuentos, pero como tenía años (5) que no escribía nada, me dedique a escribir poemas ensayos teatro y demás géneros que no ha publicado porque descubrí que me gusta narrar, lo disfruto mucho, pero tengo algunos obstáculos en cuanto a la cantidad de personajes que debo incluir casi siempre hay un protagonista y varios malvados, pero a veces no les pongo nombre solo los describo. Tengo un estilo crudo y digo las cosas como son porque esa es mi personalidad creo que se la estoy transmitiendo a mis personajes. Tambien los vínculos (y, pero,) y otros no encuentro como cambiarlos.
    Gracias

  6. Hola, mi pregunta no tiene nada que ver con el tema del post pero quería preguntarte, qué me sugerirías para una saga: usar un mismo protagonista para todos los tomos o usar un protagonista distinto por tomo. Gracias de antemano.

    1. ¡Hola, Eric! La verdad, es que es una pregunta difícil de responder porque no conozco tu obra. Lo que te puedo decir es que depende un poco de la intención que tengas con la trama. Si te interesa contar una historia desde el punto de vista de un personaje, que quieres ver crecer y evolucionar a lo largo de la saga, dándole distintos arcos y aprendizajes, entonces te conviene tener uno solo. Por otro lado, si te interesa enfocarte más en una macronarrativa con una temática central y poder cambiar el tono de tu historia constantemente, usar varios personajes te puede ayudar.
      Cada estilo tiene sus ventajas y desventajas.
      En el caso de un solo personaje, la desventaja es que si tu personaje no es lo suficientemente interesante y tu mundo no es lo suficientemente amplio, entonces tu historia se sentirá repetitiva y cansada. La ventaja más grande es que puedes crear un personaje legendario, que esté tan bien construido y tenga una historia con tantas idiosincracias que simplemente se sienta como algo real y único. (Ej: Guts de Berserk y Luffy de One Piece).
      Con varios, si no logras que se diferencien lo suficiente los unos de los otros, y no consigues que todos tengan algo que permita encariñarte con ellos pronto, tendrás muchos problemas para lograr que tu lector siga con intenciones de continuar, porque prácticamente estás reiniciando el proceso con cada tomo. La ventaja es que tu historia se mantendrá fresca siempre, y podrás reinventarte cuantas veces quieras. (Ej: Los Crónicas de Narnia y Jojo’s Bizarre Adventure)
      ¡Espero haber sido de ayuda!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *