La Naranja Mecánica: ¿profunda o simplemente macabra?
La Naranja Mecánica: ¿profunda o simplemente macabra?
En mi lista de “películas clásicas por ver” estaba una que llevaba posponiendo desde hacía años. Por el nombre del artículo, estoy seguro que ya adivinaste que se trata nada más y nada menos que de La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange en inglés).
Esta película causó un gran revuelo cuando salió por su extremo contenido violento y explícito, que sin duda raya en lo morboso. Mi suegra, de hecho, me contaba que cuando era joven entró a la película con sus tíos (que no sabían de qué se trataba) y en poco menos de 10 minutos ya estaban afuera pagando el estacionamiento.
Siendo honesto, no me sorprendería que una reacción parecida le sucediera muchos hoy en día, pero el hecho de que algo sea perturbador no necesariamente significa que es una mala historia.
Pero ¿es La Naranja Mecánica una buena historia? ¡Hablemos sobre eso en este artículo!
Nota: este artículo contendrá spoilers mínimos.
Sinopsis de La Naranja Mecánica
La Naranja Mecánica es una historia situada en un futuro distópico en el que la sociedad inglesa parece estar en medio de una gran oleada de crímenes violentos y un estado prácticamente anárquico.
Las autoridades están obsesionadas con encontrar un método para recuperar el control, por lo que desarrollan una especie de terapia que está diseñada para “convertir” a los criminales y evitar que sigan cometiendo sus fechorías.
Nuestro protagonista, Alex, es un absoluto psicópata que aprovecha cada oportunidad que tiene para realizar toda clase de fechorías con sus “droogos” (sus compinches) que va desde drogarse y buscar peleas con otros sujetos parecidos a él hasta buscar mujeres a las que violar.
Su vida gira en torno al nihilismo moral y disfruta cada segundo de ella. Eventualmente, comete un asesinato que lo manda a prisión, por lo que accede a probar este tratamiento en desarrollo por el gobierno lo cual tiene consecuencias… interesantes.
¿Te la recomiendo?
Siendo honesto, esta es una pregunta difícil de responder. Por un lado, entiendo el gran seguimiento que ha tenido esta película porque no hay muchas historias de este estilo.
Cada escena está llena de propósito artístico y se nota que se trabajó con mucho esmero en la estética de la obra para crear un mundo futurista extremadamente particular e hipnótico. A su vez, todas las escenas están diseñadas para hacerte sentir incómodo, ya sea por la actuación exagerada de los personajes, su extraña forma de hablar o las imágenes sexuales y violentas en pantalla.
También se manejan muchas temáticas interesantes en la historia que sin duda dan para conversaciones profundas… pero lo cierto es que creo que la obra en sí no es lo suficientemente profunda para justificar los horrores a los que expone a la audiencia.
Me explico.
Las historias con contenido perturbador, cruel y oscuro son muy útiles para explorar temáticas que son difíciles de profundizar si no se explora el peor lado del ser humano. Ellas nos ayudan a vernos a nosotros mismos como villanos en lugar de héroes, y eso tiene su utilidad.
Sin embargo, para hacer esto con éxito, cada escena perturbadora debe contener un propósito temático que realmente expanda la idea que se trabaja; de lo contrario, el producto se vuelve meramente morboso.
Creo que en esto falla esta película y, por eso, no estoy tan seguro de recomendártela.
En lo personal, no estoy muy interesado en los aspectos cinematográficos de las películas, solo en los narrativos, y La Naranja Mecánica me dejó muy insatisfecho en este segundo punto.
Si tienes el estómago para verla y a ti sí te gusta mucho la estética de las películas, definitivamente hay valor en ver esta obra. De lo contrario, creo que te iría mejor con otras historias que profundizan estas temáticas de una forma mucho más profunda sin necesidad de caer en el morbo.
Hablemos de las temáticas
Estoy plenamente consciente que la opinión que compartí antes es extremadamente controversial. Cuando investigué sobre la película, descubrí que muchos la consideran “la mejor película de todos los tiempos”, lo cual para mí es absolutamente ridículo.
Tiene un valor cultural increíble, ya que hizo cosas que nunca se habían hecho hasta el momento y que todavía hoy pocos se atreven a hacer, pero eso para mí es secundario. Lo más importantes es la narrativa, lo que la historia explora, y esta parte deja mucho que desear.
Para presentar mis argumentos, hablaré de cada una de las temáticas centrales que esta película explora. Haré todo lo posible por no spoilear aspectos clave de la trama, así que no debería haber problema en que sigas leyendo.
Ya sin más preparación, ¡aquí te comparto mi opinión!
Libre albedrío y moralidad
La terapia que mencioné antes consiste en condicionar a los criminales a sentirse enfermos cada vez que se encuentran en situaciones de violencia o tienen la oportunidad de participar en actos sexuales.
Lo que la película plantea es que, al remover el libre albedrío del individuo, en realidad no se está “curando” al criminal, sino que simplemente se le está quitando la opción de elegir el mal.
Esta pregunta es bastante interesante y, cuando la historia la presenta de forma flagrante en el segundo acto, lo cierto es que me emocioné bastante. Después de todo, Alex es exactamente la clase de psicópata que, si tuvieras lo opción de evitar que vuelva a actuar de manera monstruosa en el futuro, la tomarías.
Sin embargo, el problema es que se queda ahí, en simplemente plantear la pregunta, en realidad no la explora. No tenemos la oportunidad de ver a un criminal menos desquiciado que Alex hacer una conversión o al menos intentarla, no vemos a una persona buena eligiendo el mal, no vemos a Alex siquiera proponerse otra cosa que ser un violador asesino. Lo cierto es que no vemos que las decisiones de los personajes en sí tengan algún tipo de valor intrínseco.
Simplemente, vemos a Alex en situaciones donde ya no puede actuar como un desgraciado, lo cual lo vuelve la víctima en lugar del victimario, y ya.
La pregunta sobre el libre albedrío en realidad es una de las más trascendentales que se puede hacer el ser humano, empezando por plantearse si existe tal cosa como el libre albedrío para empezar. ¿Realmente tenemos control sobre nuestros actos o estamos predeterminados por fuerzas externas a nosotros como la sociedad, Dios o cualquier otro ente? Y, si esto último es correcto, ¿en realidad podemos decir que existe tal cosa como “elegir”?
Esta es una temática muy interesante con la que La Naranja Mecánica no hace nada particularmente profundo.
Solo como ejemplo, la trilogía de Matrix explora esta idea muchísimo mejor. De hecho, todo el conflicto de Neo gira en torno al valor de sus decisiones en un universo con precisión matemática.
En pocas palabras, si te interesa explorar esta idea a fondo, creo que historias como Matrix serían mucho mejores porque evitan el morbo y aumentan la profundidad narrativa.
Control gubernamental
La otra idea que explora La Naranja Mecánica gira en torno al control gubernamental y sobre cómo la exagerada potestad del gobierno sobre el individuo puede ser destructiva, incluso si sus objetivos son virtualmente morales: acabar con el crimen.
Esta idea también me gusta… pero de nuevo creo que le hace falta más elementos para ser explorada con profundidad.
Alex es un sujeto malvado hasta los huesos, sin ninguna característica redimible de la que alardear, y eso es malo para la narrativa.
Por un lado, su incuestionable maldad hace que exista una justificación para lo que hace el gobierno, ya que detener los impulsos violentos de un individuo como Alex se presenta como algo extremadamente deseable.
Sin embargo, el hecho de que el personaje en sí sea completamente irredimible, hace que la situación sea poco ambigua. Aunque hay un personaje en la historia que se rehúsa al tratamiento que le hacen a Alex y critica su moralidad, lo cierto es que el protagonista en sí efectivamente sigue siendo un desgraciado, y a las primeras de cambio intentará recaer nuevamente en su comportamiento siniestro.
Es decir, el control gubernamental en este caso es bastante deseable. Lo interesante hubiera sido presentar un personaje que al menos quisiera redimirse, pero nunca podrá hacerlo ni sabrá si lo logró porque el gobierno le robó esa opción.
De nuevo, si quieres explorar este concepto de control gubernamental de una forma profunda, te irá mucho mejor con otras historias como 1984, por ejemplo. Otra vez, me parece que se queda muy corta La Naranja Mecánica.
¡Y listo! Estas dos temáticas son las más importantes de la película y creo que ambas fallan en alcanzar una verdadera profundidad; sin embargo, más allá de esto, también hay que mencionar que el arco del protagonista es virtualmente inexistente y que el conflicto de la terapia se resuelve con un Deus Ex Machina bastante flojo.
Dicho esto, lo cierto es que me encantaría escuchar tu opinión. Estoy bastante claro que esta es precisamente la clase de películas que despiertan todo tipo de argumentos y entiendo que probablemente tú experiencia difiera de la mía.
¡Te invito a exponer tus ideas en los comentarios! ¡Ten por seguro que te leeré!
incluso si es un escoria humana
yo no he visto esa pelicula pero por lo que dices, creo que no necesariamente un protagonista, especialmente un asesino, tenga que tener un lado redimible, claro existen asesinos con lados redimibles, pero este, que ademas es un violador, no creo que alguien asi tenga un lado redimible
En el caso de que el aspecto redimible del personaje no sea relevante para la historia, puedes obviarlo, pero en una película cuya temática gira precisamente en torno a la naturaleza del mal y el bien, es muy superficial que no lo explores.