Motivación multifacética: dice una cosa y quiere otra
Motivación multifacética: cuando el personaje dice una cosa y quiere otra
La motivación multifacética es un término que solo encontrarás en este blog porque yo lo inventé y te lo estoy compartiendo porque me ha ayudado bastante con mis novelas.
El nombre quizás suene un poco complicado, pero en realidad es algo bastante simple que puede ayudarte a ver desde otra perspectiva a tus personajes. Si quieres aprender más, ¡no pares de leer!
¿Qué es una motivación multifacética?
La motivación multifacética es una herramienta diseñada para identificar una motivación de personaje que tiene “varias caras”, es decir, que no se puede establecer de una forma simple e, incluso, es posible que ni siquiera el mismo personaje la entienda del todo.
Empecé a utilizar este concepto porque me di cuenta que la mayoría de las terminologías y conceptos que encontraba por ahí no eran suficientes para trabajar personajes verdaderamente complejos, especialmente a la hora de interpretar sus verdaderas motivaciones.
Por lo general, los escritores estamos acostumbrados a construir personajes que nos “dicen” cuáles son sus motivaciones, pero en la vida real saber qué es lo que REALMENTE estás buscando suele ser algo muy difícil de descubrir y que requiere mucha introspección y honestidad.
Para tratar a mis personajes con la misma profundidad decidí que necesitaba analizar de forma distinta sus deseos y necesidades. ¡Esa es la utilidad de la motivación multifacética como concepto!
¿Cómo funciona?
Si quieres saber si uno de tus personajes tiene una motivación multifacética o quieres darle este tipo de motivación a alguno de ellos, lo primero que tienes que hacer es establecer las distintas caras de su deseo.
La forma más sencilla de hacer este ejercicio es identificando dos tipos de motivación: las motivaciones externalizadas y las motivaciones reales.
Motivación externalizada
La motivación externalizada es aquella que el personaje comparte con el mundo. Es lo que personaje CREE que lo está empujando hacia adelante, pero no necesariamente lo que en realidad lo empuja hacia el frente.
La motivación externalizada, a su vez, no tiene que ser una sola, sino que por lo general está compuesta por varias metas de forma simultánea.
Un ejemplo puede ser ayudar a tu hermana débil a salir adelante, ser una persona libre y mantener los vínculos que tienes con las personas que amas.
Si alguien pasar por la calle y le preguntara al personaje qué es lo que lo que quiere, él respondería con una meta muy parecida a las anteriores o todas ellas.
La motivación externalizada es la que se utiliza de forma más común en las historias y es la forma más simple de trabajar el concepto, ya que el personaje no necesita aventurarse en el mundo para descubrir algo profundo sobre sí mismo, sino que ya identificó lo que le falta de entrada.
Esto, por supuesto, sucede cuando la motivación externalizada y la real son la misma. En esos casos, la motivación es simple y aparente para la audiencia, y por eso no es multifacética (no hay distintas caras que analizar).
Aunque pueda parecer que critico esta construcción de personaje, quiero aclarar que no es así. Existen personajes con los que NO te conviene hacer motivaciones demasiado complejas porque ese no es su rol en la historia.
Eso lo podemos ver con grandes protagonistas como Luffy de One Piece o Edward Elric de Full Metal Alchemist.
Además, en estos casos, el hecho de que su motivación no sea multifacética no significa que estos personajes no tienen profundidad. Simplemente, esta no estará impresa en su filosofía de vida, sino en la forma particular con la que buscan su meta.
Si te gustaría que efectivamente exista mucha profundidad en sus conflictos internos y filosofía de vida, entonces te conviene conocer el siguiente nivel de análisis de las motivaciones multifacéticas.
Motivación real
La motivación real es aquella que está en lo más profundo del personaje y que realmente explica sus acciones. La motivación real puede ser la misma que la motivación externalizada, pero en muchas ocasiones tiende a no ser así.
A diferencia de las motivaciones externalizadas, la motivación real es una sola y por eso explica las aparentes “contradicciones” del personaje en la historia y lo hace sentirse más real.
La motivación real se identifica gracias a las ACCIONES que el personaje realiza, sin importar lo que él diga que está detrás de lo que hace. Por ejemplo, en Breaking Bad, Walter White dice que “todo lo que hace lo hace por su familia”, pero en muchas ocasiones tomó decisiones que iban directamente en contra de lo que era mejor para su familia.
Si solo le prestas atención a la motivación externalizada, creerás que Walter White es un personaje inconsistente y lo cierto es que sucede todo lo contrario. La motivación real de Walter es poder finalmente “tomar el control de su vida”, sentirse que está al mando en lugar de ser alguien que siempre sigue a los demás.
No es que las motivaciones externalizadas sean falsas (al final del día, Walter realmente ama y se preocupa por su familia), simplemente no tienen la misma potencia que la motivación real, y por eso esta última es la que realmente puede favorecer o destruir al personaje.
Otro ejemplo de esto sería Lex Luthor, quien dice que su razón para enfrentarse a Superman es demostrar que el ser humano es superior, cuando su motivación real es demostrar que ÉL es superior. Esa diferencia importa porque nos explica por qué un supuesto altruista está dispuesto a destruir la vida de tantas personas para vencer a un héroe bondadoso.
Los personajes más complejos tienen cientos de motivaciones externalizadas, pero parte de su conflicto es justamente que su motivación real es un misterio para ellos. Tu trabajo como escritor es identificarla a tiempo y construir una historia que les permita librar esa batalla de una forma intrigante e interesante para la audiencia.
¡Y con eso acabamos! Me encantaría escuchar tu opinión. ¿Crees que este concepto te puede ayudar también o no le ves realmente el punto? ¡Dime todo lo que piensas en los comentarios!