¿Cómo empezar a escribir un libro (y no abandonarlo)?
¿Cómo empezar a escribir un libro (y no abandonarlo)?
Hay una cantidad inmensa de jóvenes que sueñan con convertirse en escritores, pero me atrevo a decir que la gran mayoría de esos soñadores todavía no saben o no se animan a empezar a escribir un libro.
Está claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, pero sigue siendo una lástima que tantos escritores novatos esperen tanto tiempo para ponerse a trabajar, quizás creyendo tristemente que tendrán éxito a la primera y que, por lo tanto, no tienen prisa, pensando que lo único que los separa de la fama y la fortuna es finalmente decidirse a escribir.
Lo cierto es que el camino para convertirse en un gran autor pasa por muchos errores y aprendizajes, y la única forma de obtenerlos es poniéndose a practicar lo antes posible.
Por eso, pensé que valdría la pena escribir un artículo específicamente diseñado para ayudarte a empezar a escribir un libro y TERMINARLO, ya que así como es difícil comenzar, es más complicado todavía acabarlo.
Si te interesa el tema, ¡no pares de leer!
Los pasos para empezar a escribir un libro y no abandonarlo
Antes de empezar, quiero clarificar que este artículo se tratará principalmente sobre cómo empezar un libro que busca desarrollar una narrativa; no un libro que actúa más como un ensayo o una investigación. Estos consejos pueden servirte medianamente para esos fines, pero no es el enfoque.
Y ya sin más explicaciones, ¡aquí vamos!
1. Define una premisa
Lo primero que necesitas para empezar a escribir un libro es tener una idea básica sobre lo que quieres explorar. Esto puede sonar exageradamente básico para algunos, pero la realidad es que los escritores que no tienen ningún proyecto entre mano, por lo general, tienen MUCHAS ideas rondando en su mente sin que estén casados con ninguna.
De hecho, es esa indecisión en muchas ocasiones la que impide que los escritores empiecen a escribir y, como te podrás imaginar, el primer paso para empezar es salir de ese bloqueo.
Entonces, como escritor tu meta es definir una premisa que te guste, te entusiasme y te invite a explorar esas dudas y conflictos que traes en lo más profundo de tu ser.
Las premisas pueden ser tan variadas como quieras, pero también tan cliché como sea porque la idiosincrasia está presente en el desarrollo de la idea y no en la idea en sí. Esta es mi forma de decirte que no te preocupes demasiado si la idea que más te gusta no es la más original; tu trabajo es lo que la hará única y especial siempre y cuando seas honesto al desarrollarla.
2. Define un setting
Una vez que tengas tu premisa, lo siguiente es que definas el setting en el que se llevará a cabo la historia. Algunas premisas ya vienen con esto de forma implícita, pero es muy probable que muchas no lo tengan.
El setting es importante porque te da una idea de la clase de conflictos que puedes trabajar y el alcance de tu historia.
Por ejemplo, si piensas trabajar a un muchacho que sueña con convertirse en un gran espadachín, no es lo mismo que lo pongas en la Inglaterra medieval durante la Guerra de los Cien Años, a que lo introduzcas en un mundo futurístico con viajes intergalácticos.
Ambos settings te obligarán a trabajar de forma completamente distinta la historia, el sistema mágico de la misma y la clase de personajes secundarios que incluirás. En algunos casos, puede que incluso cambie el tono con el que trabajarás la obra.
Además, lo más importante es que definir el setting activará tu creatividad de inmediato y empezará a darte un norte por el que llevar la obra.
3. Establece tu personaje principal y su conflicto central
Ahora que tienes tu premisa y tu setting, lo siguiente es pensar en tu protagonista, el personaje MÁS IMPORTANTE DEL RELATO. En este punto, deberías pensar en sus características principales, empezando por su motivación, pero también con su falla central y necesidad.
Te recomiendo que leas los artículos que he escrito sobre estos temas para que aprendas más sobre ellos.
Estas descripciones pueden ser bastante básicas al inicio, eso está bien; después de todo, la idea es que sean una base que te ayude a empezar.
4. Empieza a escribir
¡Y ya! ¡Eso es todo! Esos puntos son lo único que necesitas para empezar; ahora lo único que se interpone entre tu meta y tú eres tú mismo.
Ya es momento de que te dejes de excusas y pospongas algo que, supuestamente, es tu aspiración más grande.
A partir de aquí ni yo ni nadie puede ayudarte a arrancar. Te toca a ti ponerte a trabajar y empezar de una vez por todas tu camino como autor.
¿Cómo no abandonas un libro que empezaste?
¡Perfecto! Ya empezaste a escribir, pero la escuela, el aburrimiento, la pareja, la familia o el trabajo se meten en el medio… ¿cómo le haces para que todas estas presiones no se vuelvan un obstáculo infranqueable?
Bueno, empecemos por lo básico. Al inicio, escribir siempre es un hobby por lo que claramente no podrás dedicarle todo tu tiempo. Si eres joven, seguramente tendrás más tiempo disponible, pero si ya eres un universitario o un adulto, es muy probable que tu tiempo esté muy contado.
Independientemente de cuál sea tu situación, lo más importante es que tengas un horario de trabajo que respetes con mucha disciplina. Este horario depende exclusivamente del tiempo y energía que puedes dedicarle a escribir.
¿Dos horas? ¿Media hora? ¿Diez minutos? No importa cuánto le dediques siempre y cuando seas constante.
¿Por qué es tan importante? Porque nada mata más proyectos literarios que el estancamiento, y no hay nada que promueva más el estancamiento que la falta de trabajo.
Si quieres que tu libro llegue a buen puerto, no hay atajos ni trucos: es trabajo duro y constancia.
¡Y con esto ya llegamos al final! Espero que este artículo te ayude a empezar tu libro de una vez por todas.
Si fue así te recomiendo entrar en este artículo para que aprendas más sobre cómo manejar las distintas etapas de estructuración de historias. ¡No te lo pierdas!