Drácula de Bram Stoker (película): veo mala intención aquí
Drácula de Bram Stoker (película): las historias pueden ser peligrosas
Esta reseña será muy distinta a las que te tengo acostumbrado, empezando porque al final haré un análisis con spoilers. Dicho esto, considerando que Drácula de Bram Stoker es una película de los 90s, espero que eso no te preocupe demasiado.
La razón principal por la que estaré cambiando la fórmula esta vez es que creo que hay algo muy importante que decir sobre esta película para que sirva como advertencia y aviso sobre la responsabilidad que tienen los autores a la hora de desarrollar una narrativa.
Sé que voy a sonar como un abuelito en este artículo, pero créeme cuando te digo que este tema es crucial y lo debes tener presente desde ahora en tu carrera de escritor.
Si quieres aprender más, ¡no pares de leer!
Sinopsis de Drácula de Bram Stoker
Basándose de una forma muy cercana a la novela de Bram Stoker, Drácula nos cuenta la historia de un ser inmortal y malvado, el Conde Drácula, y su enfrentamiento con los hombres que quieren detener sus planes.
El conde es una criatura peligrosa con muchas habilidades terribles que le permiten cambiar de forma, controlar el clima, hipnotizar a las mujeres, tener fuerza sobrehumana y moverse extremadamente rápido; sin embargo, no es invencible, y con la ayuda del maestro Van Helsing, quizás haya una oportunidad de destruirlo antes de que sea demasiado tarde.
¿Te la recomiendo?
Quiero empezar diciendo que esta película no la debe ver nadie menor a 18 años. A pesar de que los efectos ya no tienen el mismo impacto que antes, lo cierto es que, narrativamente hablando, Drácula es una película bastante perturbadora y llena de escenas para adultos.
El tono de Drácula es muy apropiado para lidiar con este monstruo, ya que te mantiene constantemente aterrado y fascinado por el conde y su historia.
La película tiene grandes actores que sin duda reconocerás, la calidad cinematográfica es muy alta y la trama sigue muy de cerca la novela por lo que no tiene agujeros… dicho esto, la verdad es que esta no es una película que recomiendo ver de forma casual, sino como objeto de análisis porque la considero una película con una alta calidad narrativa… pero una mala historia.
Esto sé que será una opinión muy controversial y extraña, y es por eso que decidí romper mis reglas usuales y hablarte a detalle sobre esta película sin limitarme por los spoilers.
Si te interesa verla, puedes dejar el artículo aquí y volver después de que lo hagas. ¡No me sentiré mal!
Drácula y el uso de historias para promover vicios
El libro de Drácula de Bram Stoker es una de las piezas de la literatura más legendarias que se han construido jamás.
Si bien es cierto que el relato corto de El Vampiro de John Polidori popularizó esta criatura, no quedó verdaderamente inmortalizada en el imaginario cultural hasta que Bram Stoker sacó a la luz su interpretación de este ente maligno.
La película de 1992 sigue muy de cerca la trama del libro, hasta el punto que prácticamente no la cambia… sin embargo, los pocos cambios que hace son tan particulares en la forma en que vician la temática de la historia que no puedo evitar sentir que existe una “mala intención” detrás.
Si llevas tiempo leyendo mi blog, sabes perfectamente que estoy muy en contra de satanizar las historias y todavía más en contra de censurarlas, pero definitivamente te diré que Drácula es una de esas pocas películas que opino que solo la deberían ver escritores y críticos expertos y que se deben alejar lo más posible de los espectadores comunes.
Esto no se debe a que sea de mala calidad, sino a todo lo contrario: es una historia construida perfectamente bien para transmitir un mensaje viciado y malvado, y eso la hace peligrosa.
Drácula tiene una idea propagandística extremadamente bien escondida, hasta el punto que no me sorprendería que se escape del alcance de muchos críticos conocedores y honestos.
Por supuesto, no voy a pretender que yo soy el único genio capaz de hacer este análisis; de hecho, es perfectamente factible que esté equivocado, pero lo he pensado mucho y creo que, al menos, hay algo ahí que justifica mi opinión y en este artículo espero expresarlo bien.
Está de más decir que me interesa tu opinión al respecto, puesto que rebotar ideas nos ayudará a ambos a profundizar más sobre este tema.
El cambio crucial entre la película y el libro
Como dije ya varias veces, Drácula de Bram Stoker se gana el derecho a poner ese nombre por lo mucho que procura acercarse al libro. Obviamente, no es una copia calcada, pero prácticamente todos los momentos cruciales de la novela están presentes en la película y Drácula, como personaje, es capaz de causar la misma sensación que transmite en el libro.
Dicho esto, hay un cambio en particular que me da muy mala espina mientras más lo analizo por lo que aporta a la historia y la forma en que cambia la temática final: la inclusión de la backstory de Drácula con el personaje de Elizabeta.
Este cambio, aunque de entrada pueda parecer algo bueno porque humaniza a Drácula, en realidad es terrible si consideras lo que el personaje en sí representa.
Para poder explicar esto más a detalle, tenemos que hablar a profundidad sobre el valor simbólico de Drácula.
¿Qué representa Drácula?
Si leíste mi artículo sobre los vampiros, entonces sabes que estas criaturas están inspiradas en los hombres vividores que se aprovechaban de la inocencia de las jovencitas de buena cuna para quitarles su virginidad y luego dejarlas abandonadas.
En la época en la que surgió el elemento, te podrás imaginar que estos hombres eran los seres más temidos por cualquier padre con una hija adolescente, ya que fácilmente podrían condenarla a un destino peor que la muerte.
La misma historia de Fantine en Los Miserables nos muestra lo terrible que puede ser el destino de una mujer que se embarazaba fuera del matrimonio, incluso si de entrada se supone que viene de una familia adinerada.
Estos hombres, a sabiendas de lo que le estaban causando a estas mujeres, de todas formas, seguían aprovechándose de ellas sin ningún tipo de remordimiento aparente; por lo que representarlos como parásitos demoníacos que se alimentan de sangre y tienen el poder de influenciar en exceso la mente de mujeres hermosas y jóvenes, se vuelve muy fácil de entender.
Uno de los aspectos más geniales de Bram Stoker es la forma en que logró introducir este aspecto de peligro sexual en la obra sin volverse innecesariamente polémico gracias a un símbolo narrativo legendario: la mordida en el cuello.
Este acto es, por naturaleza, sensual, y cualquier persona que sea capaz de imaginarse la escena lo entiende a la perfección; pero lo interesante es pensar en por qué Bram Stoker se tomaría la molestia de hacer tan sutil el elemento que parece estar en el centro del problema que quiere explorar.
El tema es que para Bram Stoker, lo más importante no era en sí la relación sexual entre el mujeriego y su víctima, sino en la moralidad del asunto y sobre cómo los “hombres buenos” deberían actuar con respecto a estos monstruos.
Bram le echa toda la culpa al monstruo y establece que el castigo social debe recaer sobre el mujeriego, no sobre las mujeres que son seducidas por él; algo que me parece revolucionario para la época y que definitivamente se ha logrado transmitir a mentes más modernas como las nuestras.
En el libro, Drácula es una criatura irredimible, un monstruo terrible y terrorífico al que se debe asesinar si se quiere conseguir la paz. Esto puede parecer simplón, hasta que entiendes que la complejidad moral está impresa en los personajes que se enfrentan a Drácula, no en Drácula en sí.
Esto también es importante porque hay que recordar que el mito heroico característico de la mujer es tomar a un hombre incompleto e inmaduro y convertirlo en un hombre respetable y bueno. Esto es lo que vemos en historias clásicas como La Bella y la Bestia.
Es por algo que es tan común ese meme que dice que las mujeres siempre buscan a malotes peligrosos que no son buenos para ellas: muchas sienten ese llamado de “yo puedo cambiarlo con mi amor” y eso les atrae de la misma forma que a un hombre le atrae la idea de “salvar” a una mujer y convertirse en su héroe.
Obviamente, estoy haciendo generalizaciones, pero es por algo que estos mitos han sobrevivido el paso de los siglos: hay algo real ahí.
Bram Stoker, muy probablemente sabiendo esto, quería que quedara claro que Drácula NO ES un hombre al que se debería intentar cambiar; es un monstruo que se aprovecha de la inocencia de las mujeres y que tiene como intención esclavizarlas psicológicamente y corromperlas.
Entonces, ¿cuál es el problema con la película?
Para empezar, el excesivo contenido sexual de la película hace que me quede clarísimo que los escritores entienden a la perfección cuál es el punto de Drácula, lo cual solo me hace tener más desconfianza de ellos por los cambios que hicieron, porque no puedo evitar pensar que sabían muy bien lo que estaban haciendo.
La humanización de Drácula no es casualidad, ni tampoco la forma en que se maneja.
Drácula sigue siendo un monstruo, pero esta vez se introduce la idea de que este monstruo es capaz de amar y que, si bien es cierto que utiliza a la mayoría de las mujeres, existe la posibilidad de que una de ellas sea la excepción a la regla.
Si tomas en cuenta el mito heroico de la mujer, quizás ya entiendes por qué considero que hay mala intención aquí: la película explota ese llamado profundo que sienten las mujeres para empujarlas a los brazos del monstruo que representa Drácula.
Es una visión corrupta de ese mito que, si bien es cierto que arranca con un “hombre-bestia”, a este se le exige que tenga el verdadero propósito de cambiar para ganarse el amor de la mujer que pretende.
Drácula no tiene la menor intención de cambiar y es un monstruo desde el principio de la historia… pero aún así se gana el amor de la mujer que quería, esta incluso dándole un beso cuando queda más que claro que ya no está bajo la influencia de Drácula.
Ella genuinamente lo amó, y la película quiere que creamos que él también la amó a ella.
Esto es casi una inversión de lo que Bram Stoker quería explorar con su obra y tiene tintes propagandísticos, en mi opinión, mal intencionados.
Pero bueno, no me sorprendería que quizás pienses que estoy exagerando un poco. Yo también he tenido esa sensación, pero es que mientras más lo pienso, más me inclino en esta dirección de análisis.
Dime qué opinas y dime si piensas que ciertos símbolos contradicen lo que digo, ¡quizás hay algo que no he considerado todavía! ¡Participa en los comentarios!